Un rapero africano residente en Francia llama a «matar bebés blancos» y «colgar a sus padres»

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Nick Conrad

Marine Le Pen ha denunciado la existencia de un racismo contra los blancos.

La Fiscalía francesa investiga por «provocación pública a cometer un crimen o un delito» al rapero parisino Nick Conrad, quien llama «a matar bebés blancos» en su canción Meurtrier (Asesino), informaron este miércoles a Efe fuentes judiciales.

Según las mismas fuentes, la investigación se basa en una ley sobre la libertad de prensa que data de 1881 y se encargará de ella la Brigada de Represión de la Delincuencia contra la Persona (BRDP).

«Entro en las guarderías, mato a los bebés blancos, atrapadlos rápido y colgad a sus padres. Descuartizadlos para pasar el tiempo», señala Conrad en una de sus estrofas, colgadas en un vídeo en internet el pasado 17 de septiembre y que han provocado una oleada de críticas en Francia.

El rapero se ha defendido asegurando que sus palabras se han sacado de su contexto y que el controvertido vídeo musical «es una ficción». «Este clip tenía como primera vocación trazar la historia del pueblo negro. Es un espejo, una respuesta a las injusticias vividas por mi comunidad desde la esclavitud», ha explicado en una entrevista publicada este jueves en Le Parisien, en la que dice haberse inspirado en su experiencia personal como negro y en lo que observa como artista.

Nota: Como no espabilemos esta gente se nos «come». 

Fuente: http://www.elespanol.com/cultura

 

 

Forn llora, Varela dignifica.

 LIBROS VARELA FORN

ESCRITS DE PRESÓ (JOAQUIM FORN)

El dietario de Joaquim Forn durante su estancia en prisión de Estremera.
Desde la entrada en prisión, la tarde del 2 de noviembre de 2017, Quim Horno escribe un dietario donde recoge las vivencias y dificultades compartidas en prisión de Estremera con compañeros del Gobierno Oriol Junqueras, Raül Romeva, Carles Mundó, Josep Rull y Jordi Turull.

Escritos de prisión es un testimonio sincero que rehuye el dramatismo. Una lección vital extraordinaria. Un ejemplo de cómo los obstáculos se pueden convertir en una oportunidad para afianzar los valores individuales y colectivos. En este dietario Joaquim Forn narra escenas duras, momentos emotivos, y reflexiona sobre los altibajos de tener que enfrentarse, a regañadientes, a una realidad que le ha sido impuesta. La esperanza se mantiene viva día a día, noticia tras noticia, visita tras visita. Se hace claro su deseo: conseguir la República Catalana, salir de la cárcel y volver a casa. (Sinopsis)

CARTAS DESDE PRISIÓN (PEDRO VARELA)

Tras el internamiento de Pedro Varela en un centro penitenciario, cabe preguntarse si el Sistema ha sacado beneficio político alguno de aquella acción represiva y plantear cuáles son los posibles planes del Poder real para con los disidentes en un futuro inmediato.

La experiencia individual en las ergástulas del Estado carece de importancia, por tratarse de un mero destino personal.

Es en el combate por conquistar de forma inteligente nuestra libertad y preservar la identidad de nuestros pueblos   que nadie va a concedernos de forma gratuita   donde nuestras acciones serán decisivas, o no.

Iniciadas en la celda de un antiguo monasterio austriaco convertido en prisión, las cartas desde la celda de Pedro Varela se convertirían, con el tiempo, en el medio de expresión directo del entonces Presidente de CEDADE, del posterior perseguido político, del imputado, del editor, del librero, del historiador, del analista político internacional, del amante de la Naturaleza y la montaña, del admirador del arte y la cultura, del melómano, del preso en la cárcel de Brians, del nacionalsocialista, del católico, del wagneriano, del vegetariano por amor a los animales, del hijo, el hermano y el amigo, del ser humano en fin, con sus amigos, conocidos y todos aquéllos con quienes mantuvo contacto epistolar en las más diversas situaciones a lo largo de más de veinte años. (sinopsis)

El abuelito Soros.

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Soros & Soros

Huyendo de las informaciones sensacionalistas sobre George Soros, leo un reportaje encomiástico de Michael Steinberger, publicado en el New York Times. Para completar su ditirambo, el periodista acude a voces tan autorizadas como la del hijo del magnate, Alexander Soros: «Me dijo –escribe Steinberger– que su padre no ha mostrado entusiasmo en hacer publicidad de su judaísmo, porque “era algo por lo que casi lo habían matado”. Pero siempre “se ha identificado como judío” y su filantropía es a la postre una expresión de su identidad judía, pues le hace sentir solidaridad hacia otros grupos minoritarios; y también porque ha advertido que un judío sólo podía hallarse a salvo en un mundo en el que las minorías estuviesen protegidas. Explicando las intenciones de su padre, Alex añadió: “La razón por la que luchas por una sociedad abierta es porque es la única en la que puedes vivir siendo judío, a menos que te conviertas en un nacionalista y sólo luches por tus derechos en tu propio estado”».

A confesión de parte, relevo de pruebas. Pero a nosotros no nos interesa señalar aquí la relación entre las actividades del abuelito Soros y su «identidad judía», sino su condición de adalid –citamos el New York Times– de la «libertad individual, la sociedad abierta y el libre pensamiento», como «devoto discípulo de Karl Popper». El artículo citado menciona en nueve ocasiones, siempre con respeto reverencial, al maestro del abuelito Soros, cuyo concepto de «sociedad abierta» inspira su activismo; y repite hasta dieciséis veces que la causa de Soros no es otra sino el «liberalismo» y los «valores liberales». Y aquí es donde queríamos llegar. Pues no faltan tontos útiles (e infiltrados que los apacientan) que se obstinan en presentar al abuelito Soros como un promotor del llamado «marxismo cultural», una entelequia conspiranoica que lanzó con gran éxito la derecha yanqui, para que el catolicismo pompier y el cretinismo evangélico picasen el anzuelo y abrazasen bobaliconamente las tesis liberales.

2b92573e-9849-4a35-8a43-03b6996e05c9Pero lo cierto es que el abuelito Soros es un liberal coherente y fetén, partidario acérrimo del mercado libre y de un mundo sin fronteras. Y para alcanzar esta utopía globalista, el abuelito Soros necesita destruir las naciones entendidas al modo clásico, como comunidades políticas fundadas en fuertes vínculos familiares, sostenidas en tradiciones comunes, fortalecidas en una fe compartida.

La «sociedad abierta» que preconiza el abuelito Soros es la sociedad de hormiguero liberal, desarraigada y multicultural, en la que todo lazo social y toda aspiración de bien común son reducidos a fosfatina, mediante la promoción de ideologías que dinamitan la institución familiar (de ahí que patrocine el feminismo y los derechos de bragueta) y el estímulo de los flujos migratorios que dinamitan las tradiciones comunes (de ahí que financie las organizaciones dedicadas al acarreo, que no rescate, de inmigrantes).

El abuelito Soros, en fin, anhela una «disociedad» en la que el ser humano deja de ser el «animal político» aristotélico, para convertirse en un insecto social, desarraigado e infecundo, al servicio del mercado. Por supuesto, en este anhelo (como en toda cuestión política) hay un fondo teológico; pero sobre esto no diremos nada, acogiéndonos a la disciplina del arcano.

Basta ya de paparruchas conspiranoicas. Si la izquierda secunda al abuelito Soros es porque, como profetizó Pasolini, se ha convertido en una fuerza mercenaria y traidora de la causa obrera, un perro caniche al que Soros y otros como él han concedido una prórroga de talonario. Pero el enemigo de las naciones entendidas al modo clásico no es otro que el liberalismo, que es la doctrina promovida por el abuelito Soros.

Juan Manuel de Prada (Escritor)

Fuente: https://www.abc.es

Carta abierta para la ruptura urgente con el «estado judío»

El Estado judío, de Theodor Herzl.
Theodor Herzl, autor de «El Estado Judío», un libro que cambió el mundo.

Carta abierta al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk; a la presidencia en turno del Consejo de la Unión Europea presidida por Austria; al presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani; a los presidentes y primer ministros de cada uno de los países miembros de la Unión Europea.

Asunto: ruptura urgente de relaciones diplomáticas con el “Estado judío”, y abrogación de las leyes de represión del pensamiento vigentes en cada país europeo.

Señora, Señor, no faltan motivos para implementar una ruptura duradera de relaciones diplomáticas con el “Estado judío”, acompañada de algunas medidas colaterales. Estos motivos se agrupan a continuación por temas, en 7 capítulos; hay algunos ya antiguos, otros menos conocidos, otros más recientes, pero de una peligrosidad extrema e inédita; en conclusión, resaltamos los factores que hacen urgentes aciertas decisiones, las cuales comportarán un benéfico efecto en cadena:

 

1.      Las relaciones entre el “Estado judío” y los palestinos

 ·        La violación sistemática de las resoluciones de la ONU desde 1948.

·        El genocidio progresivo de los palestinos por la sucesión de masacres, la privación de recursos en Gaza y privación de su territorio, la ausencia de un proyecto de reparación para los sobrevivientes que residen en su territorio histórico, la negación del derecho a regresar a su hogar para aquellos con estatus de refugiados en su propia patria o en los países limítrofes y alejados por igual, el impedimento a todo plan que tenga por objetivo devolver la más mínima autonomía al pueblo palestino para ejercer su derecho a la autodeterminación.

·        La instauración de un régimen oficial de apartheid, donde el “Estado judío” reserva la ciudadanía plena a quienes se definen como judíos bajo criterios genealógicos y raciales, excluyendo a los palestinos, musulmanes, cristianos, drusos, negros, etc., de toda posibilidad de acceder a este estatus privilegiado.

 

2.      Las relaciones entre el “Estado judío” y la Unión Europea

 ·        La injerencia sistemática del “Estado judío” en la diplomacia y en la política interna de los Estados que constituyen la Unión Europea.

·        La existencia de presiones para que la UE aplique sanciones económicas contra Irán, sin otra justificación que la ambición israelí de destruir a toda nación de Medio Oriente que aspire a un modelo de desarrollo independiente.

·        Las presiones para que la UE sancione gravemente a los historiadores que ponen en tela de juicio la propaganda israelí en torno a la historia de la segunda guerra mundial, por medio de campañas mediáticas y de todo un arsenal jurídico; las leyes “memoriales” o “contra el odio” que supuestamente protegen la igualdad de los ciudadanos ante la ley y su libertad de expresión, cuando en realidad crean una impunidad para los judíos y una intangibilidad hacia las tesis de la propaganda judía, a través del desviado cargo de ‘incitación al odio’, el cual se aplica exclusivamente a quienes tengan opiniones críticas hacia cualquier fenómeno judío, calificados abusivamente de antisemitas. De unos años para acá, al concepto de antisemitismo se ha asimilado el concepto de homofobia, término igualmente dudoso  desde el punto de vista jurídico. Con estas mezcolanzas cruzadas, el “Estado judío” crea en Europa unas castas privilegiadas, que no están justificadas por ningún mérito colectivo en particular, y que son incompatibles con nuestras constituciones y con la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.

 

3.      Nuevos acontecimientos en Europa: signos infalibles de la tiranía

 La represión del pensamiento en Alemania causa cada vez más víctimas, condenadas a fuertes penas de prisión: el pensador Horst Mahler, condenado en 2009, quien cumple actualmente una condena de 11 años de prisión por sus convicciones, a pesar de tener 82 años y de sufrir de una diabetes que requirió amputarle una pierna; citemos también el caso de Ursula Haverbeck, de 89 años, condenada a dos años y medio de cárcel. Podrá leer al final de esta carta los detalles de sus tormentos (1). Y el ingeniero Wolfgang Fröhlich, condenado en 2007, quien ya lleva más de diez años en prisión por sus opiniones en Austria, país feroz en la materia. Mencionemos ahora a la abogada Silvia Stolz, condenada a 20 meses de prisión en 2015, por haber defendido a otros revisionistas. La represión de la investigación histórica por cuenta del “Estado judío” se ejerce también en otros países como Francia, Italia, Bélgica y Hungría, por ejemplo. No olvidemos el caso del editor español Pedro Varela, quien en estos momentos espera su tercera condena a prisión, siempre por las mismas convicciones y por defender su derecho a dar a conocer sus argumentos con la finalidad de obtener el reconocimiento de las falsificaciones en materia de historia impuestas por el “Estado judío”. Los israelíes también sufren amenazas constantes. Ya se había dado el caso en 1959, cuando el profesor universitario y fundador del museo Yad Vashem, Ben Zion-Dinur, fue obligado a dimitir porque había dicho que era necesario desconfiar de los testimonios.

 Preocupados por el futuro de cada país europeo, nos dirigimos a cada uno de los representantes de sus países en el seno de la Unión Europea para que tomen en cuenta la gravedad de esta situación de opresión y de represalias por delitos de opinión en beneficio de una potencia extranjera, sin ninguna legitimidad en ningún país miembro de la Unión Europea, ya que el llamado “Estado judío” se atribuyó un territorio “nacional” situado en Medio Oriente.

 

4.      La evolución de la reflexión en Francia

 –        Es en Francia donde la resistencia a las presiones judiciales y legislativas para satisfacer a las exigencias del “Estado judío” es más potente, y más visible, desde la postguerra, contando primero con el testimonio de Paul Rassinier (socialista, prisionero del campo de concentración de Buchenwald, y después del de Mittelbau-Dora), seguido por las investigaciones de Robert Faurisson, a las cuales el filósofo musulmán Roger Garaudy supo dar una inmensa resonancia popular más allá de Europa; después podemos citar la publicación de archivos capitales por Vincent Reynouard, condenado dos veces a penas de prisión y actualmente refugiado político en el extranjero.

–        Pero los legisladores franceses no han por ello intentado modificar la ley de 1990 que obliga a los jueces a sancionar a cualquier persona que comparta las mismas conclusiones científicas no autorizadas, defendidas y argumentadas por los más perseguidos, entre ellos los mejores historiadores de la segunda guerra mundial. Sin embargo, el Consejo constitucional francés ha declarado inconstitucional la negación de uno o más genocidios (decisión n° 2012-647 DC, del 28 de febrero de 2012). De hecho, existe una cierta indecisión, en estos momentos, en Francia, de parte de las autoridades judiciales.

 Se constató desde hace mucho tiempo que, en sus Memorias de guerra, publicadas entre 1954 y 1959, Charles de Gaulle no hace mención de ningún genocidio judío ni de cámaras de gas, que supuestamente serían el arma suprema de la barbarie más profunda, llevada a cabo para perpetrar la peor de las exterminaciones en masa. Como tampoco mencionaron tales cosas Winston Churchill y Dwight Eisenhower, si Charles de Gaulle no hizo mención ni de genocidio judío, ni de cámaras de gas, es porque sabía que se trataba de desinformación. Basta usar el sentido común para llegar a esta conclusión.

 Así que estamos en nuestro derecho de afirmar, según los términos lapidarios de Robert Faurisson, y como lo saben millones de personas cultas, que “las supuestas cámaras de gas hitlerianas y el supuesto genocidio judío componen una sola y misma mentira histórica, que ha permitido un gigantesco fraude político-financiero cuyos principales beneficiarios son el Estado de Israel y el sionismo internacional, y cuyas principales víctimas son el pueblo alemán – mas no sus dirigentes – y el pueblo palestino en su totalidad”.  

–        Cuando aparecieron, en los años 1980, los principales trabajos científicos que desarrollaban una crítica a la propaganda oficial sobre las cámaras de gas y los seis millones de judíos asesinados, en cada país, la mayoría de los intelectuales se percataron de que se había engañado a la gente con mentiras interesadas, y de que los historiadores llamados “revisionistas” tenían razón; algunos hicieron oír su voz; entre ellos, intelectuales judíos, tales como Gabriel Cohn-Bendit, Gabor Rittersporn, José Assous; cuando se votaron las leyes de censura sobre la historia de la segunda guerra mundial (en Francia, la ley Fabius-Gayssot, de 1990), otros protestaron, pero sin ningún resultado. Después de esto, se dieron cuenta también de que la relación de fuerzas no les permitía atacar a los mentirosos y manipuladores de forma frontal, si es que querían mantener su sustento y sus responsabilidades. Sin embargo, los análisis y las conclusiones revisionistas se han difundido ampliamente por Internet, sin que ningún argumento científico pudiese oponérseles. Por ello, en estos últimos años, es a base de multas por la menor afirmación pública que sea algo desagradable para los judíos, sin importar el tema, cómo los tribunales franceses ejercen el papel de policía del pensamiento a cuenta del “Estado judío”. La magnitud de la represión no desalienta a los más valientes, y es además eficaz para abrirles los ojos a los más ingenuos.

 De ahora en adelante, en la medida en que se ha desenmascarado como tal el “Estado judío”, la opinión pública en Europa ha comprendido que somos víctimas de una terrible injerencia del “Estado judío” en la cultura, el derecho, la justicia y la educación, desde hace 70 años, en cada país europeo.

 La situación actual nos obliga a continuar insistiendo: las primeras víctimas de este sistema de sofocación del pensamiento crítico son el pueblo palestino, en carne propia y en la de sus hijos, y el pueblo alemán, con sus pensadores mártires. Resulta imposible eludir la reflexión honesta sobre lo que se ha convenido en llamar Holocausto, y le corresponde a toda Europa enfrentar el tabú, y de este modo liberar el pensamiento en el mundo entero, la cual ha sido siempre una vocación de Europa. Ustedes, destinatarios de esta carta, poseen los medios para convencer a los legisladores, si toman ciertas decisiones radicales, cada uno a su nivel. Y todos ganaremos con ello.

 

5.      La belicista política exterior del “Estado judío”

 Nuestras naciones están en peligro, mientras que el “Estado judío” no duda, desde su creación, en hacer todo lo posible por debilitar e incluso destruir a los Estados y a las naciones que le rodean: quiso la destrucción de Iraq y la obtuvo; también deseó la destrucción del Líbano pero el ejército de Hezbollah la impidió en 2006; podemos citar también la deseada destrucción de Siria, pero la alianza entre el pueblo sirio, el ejército ruso, Hezbollah y el ejército iraní impidió al Estado Islámico apoderarse del país. Como en el caso de la destrucción de Iraq, el “Estado judío” ejerce toda su capacidad de presión sobre el gobierno de los EUA, con el objetivo de atacar a Irán, no para la defensa de los intereses estadounidenses sino por los del “Estado judío”. La reciente decisión del presidente Trump de matar de hambre a los palestinos, mediante la supresión de la contribución estadounidense a la ayuda humanitaria de la ONU para los palestinos, es universalmente percibida como un acto de sumisión adicional a las órdenes del “Estado judío”.

 El llamado “Estado judío” se ha vuelto pues más peligroso que nunca, llevando a cabo, de forma imperturbable, masacres generalizadas y provocaciones internacionales  que podrían desencadenar la destrucción nuclear de vastas poblaciones, sobre todo porque dispone de un importante armamento nuclear, proporcionado ilegalmente por Francia en los años 1950, lo que debería bastar para imponer severas sanciones al “Estado judío”, según lo estipulado en el Tratado de No Proliferación Nuclear, firmado por todos los países de la Unión Europea.

 Este mismo “Estado judío” se jacta de haber logrado, recientemente, un triunfo mundial, al obtener la sumisión de algunos países a la idea de que Jerusalén, la ciudad santa para tres religiones, con 2,800 millones de cristianos y 1,800 millones de musulmanes, sería la capital mundial del “Estado judío”, en violación de toda legalidad internacional.

 

 6.      El “Estado judío” amenaza a las nuevas generaciones

 Las dificultades que sufre Europa para la transmisión de la vida, con el declive dramático de la natalidad, de la fecundidad y la esterilidad galopante de los hombres, nos vuelve sensibles a otro peligro: el del reemplazo de la reproducción natural por la mercantilización de la vida humana, en gran medida alentado por el “Estado judío”; en efecto, la legalización del matrimonio homosexual es celebrada con vehemencia como un progreso por el Congreso Judío Mundial, y todos los lobbies vinculados al “Estado judío” le hacen una promoción desenfrenada; pero las presiones no se detienen en la propaganda, estos mismos lobbies logran que las ayudas de organismos nacionales y supranacionales estén subordinadas a la adopción de leyes que fomentan la práctica y el matrimonio homosexual en cada país.

 Lo anterior, aunado a los adelantos de la bioingeniería, conduce, con el tiempo, a permitir que cualquier individuo adinerado se pueda comprar los hijos que quiera, por medio de embriones implantados en el útero de una mujer cualquiera, “alquiler de vientre” visto por ésta como una extensión innovadora de la prostitución “altruista” y/o extremadamente rentable, o por puro capricho, con pretextos sentimentalistas.

 En efecto, es el “Estado judío” el pionero en la concepción de legislaciones que permiten desarrollar este vergonzoso tráfico en todos los continentes, por medio de laboratorios especializados en biotecnología, en el territorio del “Estado judío”, y a través de la transmisión del ‘know-how’ de los ciudadanos o afiliados al “Estado judío” a laboratorios, clínicas “de fertilidad”  y agencias del mundo entero.

 Se trata de darle un marco respetable al comercio de células sexuales, de embriones, de mujeres-envase anónimas, que transiten por todos los continentes en total desprecio de las leyes contra la esclavitud, y contra el tráfico de seres humanos, bajo pretexto de progreso tecnológico, y humanismo. A la par de la ampliación en cada país europeo del mercado de órganos por medio de nuevas leyes, es un mercado desarrollado particularmente por el “Estado judío”; lo que se quiere, en realidad, es expandir legalmente el mercado de la procreación artificial. Dentro de esta lógica mercantil conviene destruir, espiritualmente, todos los referentes morales, naturales y universales que constituyen la paternidad y la maternidad, socavando la autoridad de los padres y de las madres sobre cada nuevo ser humano, que son los puntos de referencia naturales indispensables para la construcción de la personalidad.

 Nos dirigimos a ustedes, dirigentes europeos, porque la Unión Europea es un proyecto, un proyecto de futuro. No podemos permitir una Europa que fomente la enfermedad mental en las nuevas generaciones, destruyendo la familia, considerada, sin embargo, en los principios constitucionales de cada país del continente como la “célula fundamental de la sociedad”. Rechazamos que toda referencia sagrada sea sacrificada en la búsqueda del lucro más peligroso, mientras que cada día somos más conscientes de las catástrofes ecológicas provocadas por el auge inconsiderado de algunas tecnologías a lo largo del siglo XX. ¿No debería la ecología preocuparse de preservar la especie humana, amenazada por unos mercaderes dementes? Los defensores del “Estado judío” presionan a los gobiernos para modificar las constituciones de sus países, para extirpar de éstas el principio mismo de familia natural, biológica y tradicional como núcleo de todas las sociedades y civilizaciones. Ahora bien, esto ya se aplicaba como práctica – legal durante tres siglos – en el caso de la esclavitud transatlántica de africanos, que hacía posible la venta de niños sin su madre y viceversa, e ignoraba la paternidad. Se pretende extender el uso de tal arma de destrucción moral masiva en todos los continentes, y particularmente en Europa. El “Estado judío” quiere imponer la desestructuración de nuestras sociedades enteras, con su lógica puramente comercial, disfrazada de argumentos publicitarios en términos de progreso de la libertad y de la tolerancia.    

 

 7.      Conclusión

 ¿Sabrán los más altos representantes de cada uno de nuestros países, y por consiguiente, del futuro de la Unión Europea, poner un freno al delirio de Frankenstein que encarna hoy más que nunca el “Estado judío”, con su pretensión de ejercer un poder mundial para distorsionar la representación del pasado, practicando el chantaje permanente hacia los gobiernos de todos los países, y amenazando además la salud de las próximas generaciones, no solamente en materia cultural y judicial, sino también en el terreno fisiológico y espiritual?

 Ya está claro, para todos los especialistas, que las aterradoras mentiras en torno al vasto tabú vulgarmente conocido bajo el nombre de Holocausto, constituyen la primera gran operación de intoxicación masiva por medio de “fake news”, la primera colosal impostura de la postguerra. Su éxito en Occidente, vehiculado por los medios de comunicación defensores del “Estado judío”, es lo que ha permitido las descaradas imposturas que le sucedieron, con el objeto de aterrorizar y esclavizar a los pueblos del mundo entero, comenzando por el pueblo europeo, y para desencadenar guerras de agresión injustificables. Abolir las legislaciones nacionales que reprimen el ejercicio de la razón histórica, y romper relaciones diplomáticas de forma indefinida con el “Estado judío” que se jacta de basar su legitimidad en esta misma siniestra impostura fundadora, son dos medidas que les permitirán recuperar la confianza del pueblo, y por consiguiente, la fuerza para defender la soberanía de Europa y de cada país europeo; mediante dichas medidas, se recobrará la soberanía también en otros ámbitos donde se ejerce la ilegítima injerencia del “Estado judío”, que hace uso de organizaciones intermediarias que se dicen representantes de “los judíos” pero que en realidad los someten a presiones constantes y específicas. Cada persona, de ascendencia judía o no, merece ser protegida de la tiranía por sus responsables políticos.

 Hacemos pública esta carta con la finalidad de alimentar el indispensable debate hacia la movilización de toda las conciencias, en Europa y más allá. Es el momento. Reciban, señoras y señores, nuestros respetuosos saludos.

Maria Poumier (París), Uriah Alonso (Barcelona), Catherine Lieutenant (Mons, Bélgica), Rachid Benaïssa

París, el 8 de septiembre de 2018.

 P.S. Nos mantenemos a disposición de cualquier tribunal nacional e internacional al que  ustedes deseen encargar la aplicación de los deseos del “Estado judío”, con la finalidad de condenarnos a una pena máxima cualquiera; reiteraremos la expresión de nuestros delitos de opinión eventuales, presentados aquí de forma sintetizada y no exhaustiva. Ante cada instancia, nuestros abogados recurrirán a los testimonios de expertos muy conocidos en materia de mentiras históricas, así como de otras personalidades científicas eminentes reconocidas como tales por los medios de comunicación.

URSULA (1)    Nota sobre las torturas infligidas en estos momentos a Ursula Haverbeck: “La revisionista Ursula Haverbeck, ‘la gran dama alemana’, como la llaman sus admiradores, se encuentra en prisión en Bielefeld (Renania) desde el 7 de mayo. Cumplirá 90 años de edad el 11 de noviembre. Es bisabuela. Su próximo juicio, por otro caso de revisionismo, debía celebrarse en Hamburgo el 12 de septiembre [pero por ahora está retrasado, porque el juez está enfermo]. La distancia entre su lugar de detención y el tribunal es superior a los 200 kilómetros. De acuerdo a las declaraciones de Lady Michele Renouf, las autoridades alemanas han decidido someter a la prisionera a un verdadero maratón justo antes de su juicio, el cual se llevará a cabo en una sala de audiencias donde, pese a su energía innata, correrá el riesgo de terminar en una condición física perjudicial para su salud. Después de dejar su prisión de Bielefeld cinco o seis días antes de su juicio, ¡deberá parar en cinco prisiones diferentes! Y en cada ocasión, se le trasladará en un vehículo policial repleto de oficiales. Después, una vez en prisión, tendrá que soportar el registro del cuerpo reglamentario. Finalmente, en cada una de estas cinco prisiones, tendrá que hacer frente a nuevos delincuentes o criminales”.

Cruces de gloria y honor.

HOMENAJE DE IRLANDA A LOS FALLECIDOS DE LA ARMADA DE FELIPE II ANTE SUS COSTAS

Homenaje en Irlanda a los caídos de la Armada de Felipe II con motivo de la efeméride de la gran tormenta (septiembre de 1588) que los hizo naufragar. Gracias a las Asociación Spanish Armada Ireland, que se ha comprometido en conmemorar a las víctimas de aquél desastre naval.

Fuente: https://somatemps.me/2018/09/23/impresionante-video-homenaje-de-los-irlandeses-a-los-fallecidos-de-la-armada-de-felipe-ii-en-las-costas-irlandesas/

EL MITO (TIMO) DE ANNE FRANK por Pedro Varela (Carta desde prisión nº 10 /Otoño-Invierno 1996

 

Anne Frank

El mito, ¿o tendríamos que decir el timo de Anne Frank?, es probablemente ambas cosas a la vez, a raíz de las investigaciones que hemos podido resumir al respecto.

Conocida en el mundo entero por su famoso Diario, Anne Frank es sin duda la “víctima del Holocausto” más celebrada.

En lo que se refiere a su impacto entre el público —afirma el “caza nazis” judío Simón Wiesenthal—, el Diario de Anne Frank es “más importante que los juicios de Nuremberg” (The Washington Post, 1 de abril de 1979, pág. H3) .

Organizaciones de influencia, y la mayoría de los medios de comunicación occidentales, promueven un culto casi religioso por Anne Frank. El mensual británico History Today (edición de marzo de 1995), afirma que “El impacto del Diario ha sido inmenso, espe-cialmente en las jóvenes generaciones, niños de colegio, adolescentes y estudiantes. En Alemania desarrollaron una especie de culto a Anne Frank en los años cincuenta similar a los movimientos despertados por Santa Teresa y Santa Bernadette. En 1957, la emoción de masas fue canalizada en un peregrinar de dos mil jóvenes, desde Hamburgo a Bergen-Belsen, incluso lloviendo, durante la ceremonia en la que se depositaron flores en las fosas comunes, en una de las cuales fue enterrada Anne Frank”.

Pero lo cierto es que el caso de Anne Frank no es diferente al de muchos otros judíos sujetos a la política de medidas anti judías en tiempo de guerra llevadas a cabo por las potencias del Eje, no en menor medida justificada por la declaración de guerra que la nación judía realizó contra Alemania ya en 1933, es decir seis años antes de iniciarse el conflicto bélico.

 Como parte del programa de evacuación de los judíos de Europa occidental, la niña de catorce años y otros miembros de su familia fueron trasladados por tren de Holanda al campo de trabajo de Auschwitz-Birkenau (actualmente en el sur de Polonia).

Varias semanas más tarde, ante el avance del ejército soviético, fue evacuada —junto a otros muchos deportados judíos— en ferrocarril de Auschwitz más de 400 Km. dirección occidente al campo de Bergen-Belsen, en Alemania del Norte. Fue allí donde junto a otros compañeros del campo, Anne cayó enferma de tifus, enfermedad de la que murió a mediados de marzo de 1945. No fue ejecutada ni asesinada. Anne Frank pereció —al igual que millones de no judíos en Europa durante los meses finales del conflicto—, como otra víctima indirecta de la guerra más devastadora. Su padre, Otto Frank, cayó igualmente enfermo de tifus y fue transferido por los alemanes a la enfermería del campo de Auschwitz, donde se recuperó. Finalmente formó parte de los miles de judíos que débiles o enfermos quedaron allí al abandonar los alemanes el campo, cuando en enero de 1945 los soviéticos arrollaron el mismo. Otto Frank murió tranquilamente por causas naturales, y no a consecuencia de “gaseamiento” alguno en Suiza en agosto de 1980.

Pero si la política alemana hubiera sido realmente la de asesinar a Anne Frank y a su padre, nunca hubieran sobrevivido a Auschwitz. Su caso, todo lo trágico que se pueda considerar, no merece ser falseado por intereses políticos y económicos.

La primera víctima de la guerra fue la verdad, cuya tergiversación era utilizada como arma de guerra psicológica:

“No sé cuánto tiempo más podremos mantener que los alemanes están matando judíos en cámaras de gas. Es una mentira grotesca, como la de que los alemanes en la I Guerra Mundial fabricaban mantequilla con los cadáveres de sus enemigos…” “Se trata de una mentira que puede poner en peligro nuestra propaganda”.

Esta fue la respuesta del jefe de la propaganda británica a Winston Churchil, desaconsejándole firmar dicha acusación contra Alemania, propuesta por el P.W.E. (Political Warfare Executive), departamento inglés responsable de la “guerra psicológica”. La idea fue recogida inicialmente según los rumores propagados por polacos y judíos en agosto de 1942.

“El Foreign Office enseguida se dió cuenta de que se trataba de una mentira, pues los polacos y los judíos siempre estaban mintiendo para predisponer a Inglaterra contra Alemania”.

No obstante el P.W.E. decidió utilizar y ampliar estas historias como base en la guerra propagandística contra los alemanes. Es dentro de este contexto de “guerra psicológica” y de “propaganda de atrocidades” en el que hay que enmarcar la historia de Anne Frank.

Pero no únicamente. Como bien indica Felderer  en su momento no sólo ha servido para denigrar a Hitler y la Alemania nacionalsocialista, también se ha demostrado útil a la causa de los israelíes en Medio Oriente, otorgándoles la sensación de que sus pretensiones sobre Palestina eran legítimas. Anne era el símbolo de los niños judíos perseguidos. Harwood añade que con esta y otras historias similares, se ha pretendido acobardar todo nacionalismo a partir de ese momento siempre sospechoso de criminal, en favor de un internacionalismo útil a las pretensiones de la Alta Finanza de un gobierno mundial.

 

¿QUIÉN FUE EL AUTOR DEL DIARIO?

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Otto Frank, padre de Anne y manipulador del Diario de su hija.

Pero, ¿quién escribió el Diario de Anne Frank? Se dice que “inicialmente, la publicación del Diario fue rechazada por nu-merosos editores” .

Desde 1952, en que fue editado por vez primera en París —la primera edición holandesa apareció en el verano de 1947 —, se han hecho más de cincuenta ediciones en todos los idiomas importantes, contabilizando hasta la fecha más de 25 millones de ejemplares vendidos, muchos de ellos a la fuerza, amén de una hollywoodense película de gran éxito, obras de teatro y numerosas adaptaciones transmitidas por radio y televisión.

Pretende ser el verdadero diario íntimo de una niña judía de Amsterdam, de 12 años de edad, escrito durante la ocupación alemana, mientras permanecía escondida con su familia en los fondos de una casa; posteriormente fueron arrestados (4 de agosto de 1944) y trasladados a campos de internamiento, donde Anne Frank falleció a los 14 años de edad, en marzo de 1945, víctima de una epidemia de tifus que se extendió en la zona.

Señalemos aquí que la detención de los Frank la llevó a cabo la policía holandesa (Policía Verde) y que Anne fue trasladada primeramente al campo de tránsito para deportados judíos de Westerbork (Holanda), posteriormente, el 2 de septiembre de 1944, al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau y en diciembre del mismo año a Bergen-Belsen, donde el fin de la guerra y el caos inherente producido por los bombardeos aliados sobre ciudades y los medios de comunicación y avituallamiento llevarían al hambre y el tifus.

Es decir que fue paseada por toda Europa. Uno se pregunta si no suponía todo esto un esfuerzo por perder la guerra, puesto que en un momento de máxima necesidad, los alemanes se dedicaban a trasladar a los presos de naciones enemigas de campo en campo, con el consiguiente consumo del escaso combustible que hacía falta en el frente y con la utilización de numerosos trenes útiles en otros menesteres. Y si la intención de los alemanes era “exterminar” a la población judía, tampoco se comprende que Anne pasara tres meses en Auschwitz sin ser “gaseada” para ser trasladada a Bergen-Belsen, que en ningún caso era un campo de “exterminio” (según el Institut für Zeitgesehichte de Munich, institución paraoficial del gobierno alemán, ni en Bergen-Belsen ni en todo el antiguo territorio del Reich existieron cámaras de gas para el exterminio de seres humanos). Añadamos que el padre, Otto Frank, fue hospitalizado en Auschwitz para ser curado de sus dolencias. Resulta en cualquier caso sorprendente este interés de los alemanes para que los teóricamente destinados a la cámara de gas entraran en ella gozando de salud.

Según Otto Frank, el Diario fue encontrado por casualidad, por él mismo, escondido en una cavidad que, casualmente, se hallaba entre la viga y el techo del lugar donde habían estado recluídos, antes de caer en poder de los alemanes. Ese encuentro fortuito ocurrió, según Otto Frank, bastante después de finalizada la guerra, en 1952, si bien esta fecha no coincide con la de publicación de las primeras ediciones (1947). Para Wolfgang Benz el diario fue hallado por Miep Gies, una vecina de los Frank en la Prinsengracht 263 de Amsterdam, el mismo 4.8.44, día de la detención.

Se dice que Anne Frank escribió su diario a escondidas. Así lo afirma en su prólogo George Stevens, quien afirma no sólo que el diario era pequeño, sino también “que del pequeño diario sólo Anne tenía conocimiento”. Aquí surge un problema, ¿cómo es que un libro que, según las ediciones, tiene unas 230, 240 ó 290 páginas, puede ser incluido en un diario pequeño que podía ser escondido detrás de unas libretas de apuntes del colegio? A pesar de hallarse en un desván relativamente pequeño, ninguno de los acom-pañantes la vio escribir, lo cual no deja de ser difícil, teniendo en cuenta que se trataba de un escrito voluminoso. Otros autores no coinciden sobre este punto.

Según el historiador catalán J. Bochaca, que una niña de doce años escriba, en la segunda página de su diario, un ensayo filosófico sobre las razones ontológicas que la impulsan a hacerlo; así como que una niña de tan corta edad sea capaz de redactar una historia de la familia Frank, sin notas a la vista; que confinada en una buhardilla esté al corriente de la legislación y las medidas antisemitas de los nazis, incluyendo fechas, números de decretos y nombres propios; supone un caso impar en la historia de la literatura universal .

El mismo autor hace notar que las ediciones inglesa y alemana del Diario difieren tan fundamentalmente, que las diferencias no pueden ser atribuidas, racionalmente, a criterios de traductor.

La verdad sobre el diario de Anne Frank fue revelada, inicialmente, por la publicación sueca Fría Ord, en 1959, en una serie de artículos diarios aparecidos en marzo. En abril de aquel mismo año, la revista americana Economic Council Letter (15 de abril de 1959) resumió los artículos de su colega sueco, con la siguiente gacetilla: “La historia nos proporciona muchos ejemplos de mitos que tienen una vida más rica y más larga que la verdad, y que, sin duda, pueden llegar a ser más efectivos que la verdad” .

Nuestras dudas aumentan cuando leemos en el New York Times del 2 de octubre de 1955, que en el diario de Anne Franksólo figuraban aproximadamente 150 inscripciones” donde se consignaban “cronológicamente las sensaciones e impresiones de una adolescente” (“mamita me trata a veces como un bebé, lo que no puedo soportar”) y “adicionalmente muy pocas que no podrían considerarse como pertenecientes a esa categoría” (“temo mucho que nos descubran y que seamos fusilados”).

No obstante ello, continúa Richard Harwood, el Diario publicado consta de 293 páginas y su texto no concuerda con la relación, que acabamos de citar, entre numerosas inscripciones propias de una adolescente y “muy pocas” de mayor o menor referencia política. De hecho, no sólo las observaciones de carácter político del diario, sino su contenido general y su estilo, presuponen un conocimiento de interrelaciones históricas, juicio y arte de la expresión poco comunes incluso entre adultos. La edición “original” del Diario nunca fue publicada, puesto que el padre, Otto Frank, decidió expurgar el mismo de los fragmentos escabrosos propios de una adolescente o de críticas a la madre de Anne.

Más tarde este debió admitir que además de la escritora judía Anneliese Schütz e Isa Cauvenpara colmar algunas lagunas en el diario, debió requerir los servicios del periodista holandés Albert Cauven”.

Incluso el poco sospechoso semanario Der Spiegel, instrumento principal en la “reeducación” del pueblo alemán, debía admitir que “el Diario en su conjunto no es auténtico”. Para el Spiegel queda claro que “aquello que ha hecho emocionar al mundo, no proviene enteramente de la mano de Anne Frank. En la edición el Diario ha sido transformado por numerosas manipulaciones…”.

La investigación oficial llevada a cabo por la Dra. Hübner deduce que el Diario publicado está compuesto de 177 capítulos (cartas), que proceden de cuatro diferentes fuentes: 4 del Diario, 5 de un libro de relatos, 69 de dos diarios, que la Dra. Hübner define como primera elaboración del Diario, 99 procedentes de hojas sueltas, que la investigadora define como segunda elaboración del Diario.

JUICIO ESCLARECEDOR

Mayores sospechas nos asaltan, lógicamente, al estudiar el pleito en que se enzarzaron el conocido escritor judío norteamericano Meyer Levin y el padre de Anne Frank.

El juicio transcurrió entre 1956 y 1958 ante el County Court House de la ciudad de Nueva York, obteniendo el demandante Meyer Levin un fallo a su favor que condenaba a Otto Frank a abonarle una indemnización de 50.000 dólares de la época por “fraude, violación de contrato y uso ilícito de ideas”; el pleito, que se arregló privadamente después de la sentencia por obvio mutuo interés, versaba sobre la “dramatización escenográfica” y venta del Diario. El juez, así mismo judío, era Samuel L. Coleman, quien dictó sentencia en el sentido de que Otto Frank debía pagar a Meyer Levin “por su trabajo en el diario de Anne Frank” 27.

(Para cualquier interesado, todo lo referente al caso Levin-Frank está archivado en la Oficina del Condado de Nueva York (N. Y. County Clerk’s Office) con el número 2241-1956 y también en el New York Supplement II, Serie 170, y 5 II Serie 181.)

Así pues, la sentencia del juez —y juez judío— en el sentido de que el autor del Diario es Meyer Levin y no la niña, existe. Lo que interesa hacer notar es que de la lectura de la numerosa correspondencia privada de Otto Frank y de Meyer Levin que fue aportada al juicio como prueba de las partes, surge la grave presunción juris tantum de que el Diario “es substancialmente una falsificación”, y que el autor material de esa falsificación fue el igualmente judío Meyer Levin.

Levin, en legítima defensa de sus derechos de autor, además de demandar al Sr. Frank por cuatro o cinco millones de dólares por su labor de parafrasear el manuscrito “para el fin que tenía que cumplir…”, pleiteó igualmente contra el productor de cine Kiermit Bloombarden, pues en la película —del mismo título que la obra— aparecen también escenas escritas por él y que no estaban contenidas en el Diario original .

Meyer Levin había sido corresponsal en España durante la guerra civil de 1936 1939 y más tarde enviado de la Agencia Telegráfica Judía durante los enfrentamientos con los palestinos entre 1945 y 1946. La Enciclopedia Judaica le reconoce como “el primer escritor en poner en escena el Diario de Anne Frank (1952)” .

 

UN BOLÍGRAFO PREMATURO

Pero no acaba aquí todo, y nuestra duda se convierte en decepción cuando descubrimos, como lo ha hecho el historiador británico David Irving tras su investigación, que en el Diario de Anne Frank había tinta de bolígrafo. Así lo determinaron unos expertos que acudieron expresamente a Suiza para comprobar el manuscrito original en posesión de Otto Frank.

Según estos, parte de los diarios habían sido escritos con bolígrafo —inventado entre 1943 y 1949 y cuya aparición en el mercado data como temprano de 1951— algo imposible al haber fallecido Anne Frank de tifus en 1945.

Dos ciudadanos alemanes, Edgar Geiss y Ernst Roemer, pusieron públicamente en duda, una vez más, la autenticidad del famoso Diario. Ante ello el Tribunal del Distrito de Hamburgo encargó a la Oficina Federal Criminal Alemana (BKA) un examen de los textos para determinar científicamente si la escritura de éstos se había llevado a cabo durante los años 1941 a 1944, basándose en los análisis del papel y la escritura del manuscrito original. Este análisis químico-técnico fue llevado a cabo en abril de 1981, bajo la di-rección del Doctor Werner .

A pesar de su publicación, la ley del silencio de los mass-media intentó dar la menor publicidad posible a los resultados de los análisis. Sí lo hizo el New York Post del 9 de octubre de 1980 mencionando el hecho. Según este análisis, las correcciones, comentarios y añadidos en las hojas de parte del manuscrito fueron hechas en tinta azul, negra, roja, a lápiz y en BOLÍGRAFO de tinta negra, verde y azul. Como comentarios y texto principal son de una misma mano, recordémoslo, el libro fue escrito por alguien después de la guerra o cuando menos lo finalizó pasada la contienda. El original consta de tres libretas encuadernadas y 324 páginas sueltas.

DIFERENCIAS EN LA ESCRITURA

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Un calígrafo pudo comprobar, además, que todo había sido escrito por la misma mano y que, por tanto, no podía ser la de Anne Frank. Se trata de Minna Becker, perita calígrafa judía, quien afirmó ante el juez, repetidamente, que toda la escritura del diario pertenece a una misma mano.

Para dilapidar este tema sólo ha hecho falta acceder a las cartas auténticas que Anne Frank escribió de niña a unas amigas, publicadas en los Estados Unidos; la letra de estas cartas sí tiene el aspecto normal de una niña de 10 ó 12 años, lo que no es el caso del “manuscrito original”, que nos revela a un autor de mayor edad. Las cartas fueron adquiridas por el Instituto Simón Wiesenthal y, siempre según David Irving, si son auténticas, no así el diario.

Bochaca confirma asimismo, como han hecho posteriormente otros autores, refiriéndose a Paul Rassinier, que la escritura que se afirma es la de Anne Frank, reproducida en el libro Spur eines Kindes, de Ernst Schnabel, difiere totalmente de la escritura de Anne Frank en el manuscrito original.

El Profesor Faurisson, de la Universidad de Lyon, cuya especialidad es la crítica de textos y documentos, y que mantuvo varias conversaciones personales con el padre de Anne Frank, insiste en este tema otorgándole el peso suficiente para llevar al escepticismo sobre el Diario de Anne Frank. Su primer trabajo sobre el caso fue publicado en francés en 1980. Una traducción del mismo apareció en el verano de 1982 en el The Journal of Historical Review con el título Is the Diary of Anne Frank Genuine? (pág. 147-209). Entonces señalaba dos ejemplos de la letra manuscrita atribuida a Anne Frank, ambos escritos cuando esta contaba aproximadamente 13 años, pero extrañamente la primera (datada el 12 de junio de 1942) parece mucho más madura y similar a la de un adulto que la supuesta-mente escrita sólo cuatro meses más tarde (10.10.42).

Respondiendo a dicho escepticismo sobre la autenticidad del Diario, el State Institute for War Documentation de Amsterdam (Rijksinstituut voor Orloogsdocumentatie, RIOD), publicaba un libro en 1986 que incluía el facsímil de una carta supuestamente escrita por Anne el 30 de julio de 1941.

El descubrimiento en los EE.UU. de otros varios ejemplos de la letra manuscrita fue anunciado en 1988. El mismo incluía dos cartas fechadas el 27 y el 29 de abril de 1940 y una postal, escritas a alguien en Danville (Iowa).

Estas últimas creaban un nuevo problema al Instituto de Documentación de Guerra de Amsterdam, dado que la letra manuscrita que aparece en ellas es completamente diferente que la escritura de adulto de la carta del 30 de julio de 1941, así como la mayor parte del manuscrito en cuestión.

Estos descubrimientos confirman la creencia de Robert Faurisson de que la letra manuscrita de “adulto” atribuida a Anne es, en realidad, muy parecida a la letra manuscrita de una de las personas que oficialmente “ayudaron” a Otto Frank a preparar el Diario para su publicación después de la guerra.

Para Ma Paz López y su artículo en La Vanguardia, estas diferencias de escritura son normales (!) en un adolescente. Igualmente soslaya, al tratar el tema del informe pericial encargado por el RIOD, el tema de la escritura a bolígrafo, mencionando exclusivamente las anotaciones a lápiz del padre.

Podemos concluir pues, que no se trata de un Diario, sino de una novela, basada en un manuscrito escrito después de la guerra por Otto Frank o sus colaboradores, y redactado por Meyer Levin, con algunos añadidos posteriores del holandés Albert Cau-ven.

El historiador alemán Udo Walendy es definitivo: “El Diario de Anne Frank —durante años lectura recomendada tabú para escuelas y público— es una falsificación”41.

 

c292885a-3428-4ff3-8400-62aaa1c47fa1ANNE FRANK A LA FUERZA

Conviene advertir aquí que para evitar dudas y desbancar las crecientes sospechas sobre la autenticidad del libro, el mismo fue impuesto por las autoridades alemanas actuales como lectura obligatoria en las escuelas y se llegó al extremo de adoptar medidas disciplinarias (retiro de la venia docendi) contra maestros y profesores que osaran manifestar sus dudas al respecto.

 

El Profesor Stielau, de Hamburgo, fue expulsado de su cátedra, en 1957, por el mero hecho de haber osado poner en duda la autenticidad del Diario.

Todavía en 1976, el padre de Anne, Otto Frank, lleva a cabo acciones y denuncias contra Heinz Roth, de Odenhausen, en un juicio tendente a prohibir publicaciones que sostengan que el diario, tal como se publicó, no puede haber sido escrito por una niña de 12 años. Ejemplos éstos que demuestran cuán estrecho es el margen de la libertad de pensamiento cuando se rozan ciertos temas tabú 4.

 

UN TIMO MORAL

Richard Verrall (que publica bajo el nombre literario de Harwood) advierte que la falsedad del mito de Anne Frank va mucho más allá, es muchísimo más profunda que la eventual falsificación del texto. Reside en la unilateralidad y en la recurrencia infinita del tema: una perfecta aplicación política de la propaganda actual del viejo tema de la niña inocente atrapada por la maldad exclusiva de los otros, pero que triunfa incluso después de muerta. El mito de Anne Frank, por la fuerza de su impacto sobre la sensibilidad colectiva, se convierte no sólo en símbolo de la “inocente” nación judía perseguida, sino más aún y contra todas las reglas de la lógica, en “prueba indiscutible” de la maldad intrínseca, inmedible, de los perseguidores.

Reconozcámoslo pronto, en efecto, no importa desde un punto de vista humano que el Diario de Anne Frank sea una falsificación o no. Esta niña falleció, víctima del tifus —y no en una “cámaras de gas” inexistente en Bergen o convertida en “pastillas de jabón” que se han revelado una falacia, todo hay que decirlo—; y el padecimiento y muerte de cualquier niño es siempre lamentable.

Pero es importante constatar que los posibles sufrimientos de una niña judía de 14 años, en tiempo de guerra, no son más significativos por el “hecho” de que hubiese escrito un diario, que los sufrimientos tanto o más terribles de otros posibles niños judíos; o que las desgracias infinitamente más numerosas de otros niños alemanes, italianos, japoneses, polacos, rusos o de otras nacionalidades que han sufrido horriblemente por muchos otros motivos en esa misma guerra: despedazados, quemados vivos a millones, mu-tilados o inválidos para toda la vida a causa de los bombardeos masivos de población civil efectuados por los aliados contra ciudades abiertas alemanas; abandonados en medio del caos ante la muerte o desaparición de sus padres; violados, corrompidos por la barbarie de buena parte de las tropas enemigas. Sólo en el Holocausto alemán de Würzburg, durante los últimos días de la guerra, fueron quemadas 5.000 personas, de entre las cuales más de 100 niñas y mujeres se llamaban Anna, convertidas en cenizas durante la noche del 16 de marzo de 1945.

¿Pero quién se acuerda de tal suma de horrores sufridos por los no judíos? ¿Quién llora por el niño alemán que, en Dresde, junto a otros 250.000 civiles, mujeres y niños principalmente, corre aullando envuelto en el fuego inextinguible del fósforo líquido? ¿Quién por la niña alemana violada varias veces hasta la muerte por una sucesión de bestias animadas a ello por el judío soviético IIya Ehrenburg? ¿Quién escribe     reales e inocentes niños japoneses de  Hiroshima y Nagasaki? ¿Quién por los  niños de la misma edad de Anne Frank,  masacrados en Paracuellos del Jarama,  que en su propio país tampoco cuentan con una calle? Nadie. No hay best sellers  para ellos, no hay dramatizaciones, ni cincuenta ediciones, ni cine, ni teatro, ni bombardeo televisivo, ni campañas en su nombre, ni recogidas de firmas, ni movilizaciones entre los partidos políticos del sistema y sus parlamentarios, ni manifestaciones públicas cincuenta años después, ni nadie que quiera recordarles cambiando el nombre de una calle, por pequeña que ésta fuera. ¿Por qué? ¿Tal vez porque no cuentan con un lobby que haga del dolor un negocio sin pre-cedentes? ¿Porque les falta la conveniente orquestación de los mass-media, que hacen del sufrimiento ajeno un arma política con la intención de desarmar moralmente a quienes denuncian semejante hipocresía? ¿O deberíamos ser más atrevidos y decir que, simplemente, porque no son judíos?

Entonces habría que denunciar y perseguir igualmente a aque-llos que por dinero o por oscuros intereses políticos y personales hacen, con los niños que han padecido en el pasado, discriminaciones en razón de su raza, religión o ideas políticas de los padres y sólo se acuerdan de unos niños muy concretos y minoritarios, soslayando a los demás. Se trata, sin duda, de un agravio comparativo.

 

¿UNA CALLE PARA UNA NIÑA O PARA UNA FALSIFICACIÓN?

“El Ayuntamiento de Bergen niega el nombre de Anne Frank a una calle”. Efectivamente La Vanguardia informaba de un caso similar al que nos ocupa con el pobre Séneca, con ocasión del intento de imposición de una Calle Anne Frank en la ciudad de Bergen, en cuyo municipio se encontraba el campo de Bergen-Belsen, y cuyo ayuntamiento se ha negado de plano a dar el nombre de Anne Frank a la calle que lleva al monumento recordatorio del campo. La propuesta fue hecha después de que años atrás se intentara dar —sin éxito— dicho nombre a una escuela.

Con todo, entre el 12 de mayo de 1995 y otoño de 1996, la autodenominada Plataforma cívica (!) Anna Frank bombardeaba a las 230 familias que habitan en la calle Séneca de Barcelona con la petición de cambio de nombre y recogida de firmas consiguiente para solicitar su apoyo en semejante despropósito y lograr dicha permuta del Ayuntamiento y su Consejo Municipal del Distrito. El fin confesado de la campaña es “boicotear las actividades de la Librería Europa, es decir la libertad de expresión de los demás. Según los organizadores cuentan con el apoyo de más de sesenta organizaciones. Pero aparte del cabezal impreso de un papel de cartas y algunos grupos marginales, las manifestaciones no son en absoluto numerosas y mucho menos representativas de los ciudadanos de Barcelona o los habitantes de la calle Séneca que no se sienten iden-tificados con los libertarios y anarquistas violentos del barrio de Gracia, ni con los homosexuales, las lesbianas o la extrema izquierda incendiaria, cuyo único hecho patente ha sido arruinar la calle Séneca con pintadas indecibles y reiteradas de bajo nivel cultural, cuando no lanzando piedras y cócteles molotov con grave riesgo para los vecinos.

Una triste historia, ciertamente. Un señor se hace millonario a costa de su hija, muerta, haciéndola pasar como autora de una novela que ella no ha escrito. Y encima debe ser puesto ante los tribunales para que pague al auténtico autor.

El periodista Gil Mugarza recomienda acertadamente que lo más decoroso y oportuno en relación con la desventurada muchacha, ajena a cuanto haya podido ser un lucrativo éxito editorial y un gigantesco éxito político y económico para la causa sionista, es el de-jarla descansar sencillamente en paz. Es lamentable que la joven, muchos lustros después de su muerte, deba ser sacrificada nuevamente, una vez tras otra, víctima de especulaciones que utilizan a los muertos para solaz y distracción de los vivos.

PEDRO VARELA

(En su mayoría, a la media docena de homosexuales, lesbianas o marginales de extrema izquierda habituales, se suman una cantidad casi siempre doble de periodistas y cámaras, dispuestos a extrapolar el hecho, para mayor beneficio de aquellos que después de salir en las fotos, aspiran a ser subvencionados por el Ayuntamiento y la Generalitat en base a impuestos que pagan los ciudadanos de a pie.)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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