
El humorista Rober Bodegas recibe más de 400 amenazas de muerte por un monólogo sobre gitanos
Estos días en redes sociales se ha propagado el extracto de un monólogo del cómico Rober Bodegas emitido por televisión cuatro años atrás. En dos minutos y medio hace diversos chistes sobre los gitanos basándose en estereotipos del pueblo romaní, chistes que parten de la lógica inversa:
Ya que hoy en día no se pueden hacer chistes sobre gitanos, lo hace sobre los payos. La raíz del humor de sus comentarios proviene de la paradoja de una situación que, supone el receptor de la broma, es más bien inversa.
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Ya que sobre gitanos no se puede bromear, suponemos que sobre otros tampoco, por lo cual explicaremos unos chistes sobre los Goyim*.
— Este reloj ha pasado por cinco generaciones: de mi tatarabuelo, pasó luego a mi bisabuelo, de mi bisabuelo a mi abuelo, de mi abuelo a mi padre, de mi padre a mí. Es hora de que pase a tus manos… Te lo vendo barato…!!!!!.
Un goyim llama a su hijo y le dice:
—Hay que ver lo tacaños que son algunos. ¡Bah!. Bueno, anda y saca el nuestro, entonces.
Un goyim que está arrancando el papel tapiz de su casa, es visitado por un amigo.
—No. Estoy de mudanza.
—La enciende.
¿Qué diferencia hay entre un goyim y otro hombre que se están quedando calvos?
—Que el otro hombre se compra bisoñé y el goyim vende el peine.
Un goyim va al periódico a poner un anuncio de la muerte de su esposa, y dice:
—Mujer, ya puedes quitarle el envoltorio…
Oye Ismael, explícame que es eso del capital y el trabajo.
—Aquí están…
—Bien —dice Ismael— Esto es el Capital..
—El trabajo va a ser que te los devuelva…
—Es cierto Raquel, ven… volvamos a pasar otra vez.
—¿Gratis? entonces que nos envíe 10…
Un goyim que le ha prometido a su hija un viaje en avioneta va negociar con el piloto y le dice:
—¿No tiene nada más barato?
—Yo los llevo de paseo por una hora, si usted no dice nada durante el vuelo, le sale gratis, o sino me paga los 250.
Cuando aterrizan el piloto le da la mano al goyim y le dice:
—Si… Yo casi pierdo… ¡¡¡CASI GRITO CUANDO SE CAYÓ MI HIJA…!!!
Rubén ve a la esposa de su amigo Ismael asomada a la ventana y le grita:
—María, ¿tu marido está en casa?
—No, no está.
—¿Entonces puedo subir para estar contentarnos un rato ?
—¿Pero, acaso piensas que soy una prostituta?
—No, María… ¿quién habló de pagar?
—Sí, cariño estoy aquí.
—Ismael, ¿estás aquí?
—Sí padre, aquí estoy.
—Si padre, aquí a tu lado.