Conferencia de Pedro Varela: ¿Por qué nos persiguen? (Oviedo, 28 de mayo de 2022)

«Cuanto más se acerca un imperio al colapso, más locas son sus leyes y más tenaz la persecución de los disidentes. Símbolo de dicha persecución es el caso de Librería Europa y Pedro Varela y sus colaboradores, involuntariamente convertidos desde hace 25 años en objetivo prioritario del odio y los zarpazos del poder y ciertos funcionarios tremendamente ideologizados. Una civilización occidental decadente ha maldecido sus propios cimientos, renunciando a sus raíces y los valores clásicos y cristianos de la cultura europea, de ahí que intente aniquilar a quienes se resisten a ser engullidos por el caos y la cada día mayor falta de libertades reales.«

EN AQUELLA HORA EMPEZÓ…

Adolf Hitler (1923)

“Nuestra época, lejos de ser la culminación de un tiempo lineal de progreso continuo, es el momento final de una era de disolución”.

“Ningún error puede prevalecer a lo largo contra la verdad tradicional que sola dará de nuevo a Occidente su ley y su libertad a menos que él no prefiera su catástrofe material y espiritual. Nosotros creemos que debe ser llevado a cabo un esfuerzo por el triunfo de la Verdad y la elevación del hombre empobrecido y decaído, esclavo y orgulloso a un tiempo de sus mismas cadenas, olvidado de su verdadera potencia que es la conquista de la Eternidad y el retorno al Señor, Principio Supremo y fuente absoluta de beatitud”. (Guido de Giorgio)

¿Qué es una Concepción del Mundo (Weltanschauung en alemán)? Una Concepción del mundo significa un sistema de conceptos, nociones, expresiones, símbolos o ideas-fuerza acerca de todos los fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad que circundan al hombre; engloba todos los aspectos de la vida de éste y su relación o interrelación con el Cosmos o el Macrocosmos (siendo el hombre un Microcosmos o un Cosmos en pequeño). También, por supuesto, engloba el Arte, la Política, la Economía, hasta las manifestaciones más “bajas” o inferiores como serían el ocio, el comer, el vestir o mismamente el sexo.

En palabras de José Antonio Primo de Rivera: “Lo que hay que tener es un sentido total de lo que se quiere; un sentido total de la Patria, de la vida, de la historia y, ese sentido total, claro en el alma, nos va diciendo en cada coyuntura, qué es lo que debemos hacer y lo que debemos preferir”.

En definitiva, una VISIÓN TOTAL sobre lo Absoluto , sobre todos los aspectos y manifestaciones de nuestra existencia terrena y como portadores que somos de un Alma Inmortal “capaz de salvarse o de condenarse” (José Antonio); por ello y precisamente por esta última alusión que hemos hecho, sólo existen DOS VISIONES O CONCEPCIONES DEL MUNDO, y la historia de la humanidad, al igual que en el plano metahistórico y metafísico, es una lucha constante entre ambas: La Vía de los Dioses y la Vía Demoníaca, las Fuerzas de la Luz y las Fuerzas de las Tinieblas. Y de la misma manera que existe una dualidad de Concepciones del Mundo, también históricamente y como consecuentes emanaciones de las citadas anteriormente, se ha podido hablar a su vez de una DUALIDAD DE CIVILIZACIONES (Bachofen, Evola, etc.), unas de carácter ascendente, uránico-viril, aristocráticas; otras sin embargo de carácter descendente, orgiástico-panteístas, materialistas, femenino-demoníacas.

Como manifestaciones históricas del primer tipo de civilizaciones, en el caso de Occidente y ya en la presente Edad de Hierro en cuya fase más involutiva y destructiva ya estamos, tenemos Grecia, Roma, el Medievo, el Siglo de Oro Hispánico; como manifestaciones por excelencia del segundo tipo de civilizaciones tenemos por ejemplo a la gran rival de Roma como fue la semítica Cartago o mismamente la Modernidad, la actual civilización summum de lo demoníaco e infrahumano en la que estamos inmersos y cuya edificación empezó entre los siglos XIV y XVII, es decir entre el final de la Edad Media gibelina y la Paz de Westfalia de 1648 que supuso el triunfo aplastante de las fuerzas subversivas y disolutas tras la Guerra de los Treinta Años.

Tras trescientos años de brutal decadencia y de descomposición de Europa -pestes, guerras, revoluciones, surgimiento de doctrinas subversivas a cuál más aberrante y criminal-, es en la primera mitad del Siglo XX cuando empezaron a surgir hombres y Movimientos que parecían augurar una nueva etapa ascencional, la posibilidad de la fundación de un nuevo Ciclo o Edad de Héroes como en tiempos pasados lo fueron Grecia, Roma o el Medievo. Es en este concreto marco histórico cuando surge la misteriosa y fascinante personalidad de Adolf Hitler.

De todos los Movimientos nacional-revolucionarios o fascistas que surgieron durante la denominada “Era del Fascismo” (1), fue el Movimiento alemán NSDAP un caso único en su género. Todos los líderes y caudillos de dichos movimientos construyeron sus respectivas doctrinas, o lo fundamental de ellas durante su madurez; no fue este el caso del Movimiento Nacional-socialista alemán en el cual su fundador y líder erigió lo esencial de su visión del mundo en plena adolescencia, así como nos relata su único amigo de esos años August Kubizek en su extraordinario libro “Hitler mi amigo de juventud”. Como dijo el tradicionalista italiano Franco Cardini (2), de Adolf Hitler, ya desde sus años jóvenes, lo que llama poderosamente la atención es su “dimensión mítica”, la capacidad “mito-poética” que la personalidad de Adolf Hitler generó y que sigue aún hoy -pese a la masiva y aplastante propaganda adversa; casi podríamos calificar a Hitler como una figura metahistórica, “un personaje por encima de la Historia e incluso en contra de ella” (Ernesto Milá). “Un Hombre contra el Tiempo” como lo calificaba Savitri Devi, viendo en él una prefiguración del Kalki avatárico de la tradición indo-aria, el Héroe Vengador que vendrá al final de los tiempos para cerrar el Kali-Yuga e inaugurar una nueva Edad de Oro: “Siempre que haya un debilitamiento de la Ley y un crecimiento de la ilegalidad en todas partes, entonces Yo me manifiesto… Para la salvación de los justos y la destrucción de aquellos que hacen el mal, para el firme establecimiento de la Ley, Yo vuelvo a nacer edad tras edad.” (Bhagavad Gita, libro IV).

En su libro, August Kubizek nos muestra a un jovencísimo Adolf Hitler al que conoció y con el que convivió, siempre hambriento y ávido de conocimientos, un muchacho que devoraba literalmente infinidad de libros sin parar y que visitaba asiduamente museos y bibliotecas, amante de la belleza y de la cultura en general, especialmente de la música y de la arquitectura, pero también de la poesía, el teatro y de la literatura, gran devoto de la Historia y de las glorias militares, de los grandes clásicos de Grecia y Roma, la Divina Comedia de Dante, así como de los grandes mitos y leyendas europeos. Un joven solitario que despreciaba con toda su alma la mezquina mentalidad burguesa de la época y a la chusma burócrata a la que consideraba ayuna de virtudes, corta de miras y de valores heroicos. Por esta época también empezó ya a dilucidar “quiénes” eran los verdaderos enemigos del pueblo y de su amada Patria alemana (ya por entonces era partidario de la creación de una gran y unida Alemania con Austria incluida: “El Santo Reich de todos los alemanes” lo denominaba ya entonces). Su visión romántica -más bien ascética- del amor, el carácter sagrado que para él ya por entonces tenían el matrimonio, el hogar y la familia, el amor y respeto reverencial que por la naturaleza en general sentía, su brutal austeridad y su rechazo a todo tipo de decadencia o de excentricidad. Siempre soñador e idealista, hablaba constantemente a su amigo Kubizek de sus “futuros” planes y de grandes proyectos artísticos y arquitectónicos que tenía para su “Estado Ideal” (así llamaba el joven Hitler a su proyecto de futuro Estado) . Por otro lado cuando el joven Hitler hablaba de los grandes valores de una verdadera civilización que se precie, los definía como “la llama de la vida”, por contra todo tipo de degeneración y de aberración era calificada como “la charca de los vicios”….

Así pues, en la tempranísima Cosmovisión de un joven Adolf Hitler, el mundo era (es) un campo de batalla, una lucha entre “la llama de la vida” y “la charca de los vicios”. La Vía de las Dioses y la Vía Demoníaca como hemos comentado más arriba: “Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor.«

Aquélla solicita de los hombres la gloria; la mayor gloria de ésta se cifra en tener a Dios como testigo de su conciencia” (San Agustín). Ni que decir tiene que fue la “primera ciudad” -la de la peste democrática y del igualitarismo demoníaco de la hidra liberal-marxista), la que triunfó plenamente y de forma arrolladora aquél fatídico 8 de Mayo de 1945, dando comienzo a la fase más oscura y disoluta del Kali-Yuga (Edad de Hierro en la tradición greco-romana o la Edad del Lobo en la nórdico-germánica). Y el actual ciclo de la disolución y desintegración mundial no acabará hasta que llegue “El Hombre que Vendrá…”, tal como manifestó el propio Adolf Hitler en 1945 poco antes de dejar este mundo caótico y en ruinas…

August Kubizek mantuvo esa amistad inseparable -casi como un vínculo sagrado de maestro a discípulo-, entre 1904 y 1908, cuando el futuro Fundador y Jefe primero del Movimiento Nacional-socialista (1920-21) y del III Reich después (1933-34), estaba entre los 15 y los 19 años de edad, primeramente en la ciudad de Linz y finalmente en Viena. Es deliciosamente bello cuando Kubizek relata en su libro el agudo dolor que sintió en lo más profundo de su alma cuando tuvo que separarse del futuro Führer para regresar a su casa con sus padres; quién le iba a decir entonces que ese joven soñador e idealista, aunque hundido en la más absoluta miseria, acabaría liderando un Movimiento que arrastraría a millones de seres humanos y que amenazaría con destruir los cimientos de esta era anti-mítica por definición que es la plutocracia mundialista. Muchos años sin saber absolutamente nada de su amigo, le perdió por completo la pista hasta que en 1920 empezó a oír hablar de él como líder de un incipiente aunque prometedor movimiento nacional-revolucionario, aunque no se reencontraría con él hasta el año 1938, siendo ya Hitler el todopoderoso jefe absoluto del III Reich. Como dijera nuestro Ernesto Giménez Caballero (3), la vida y la obra de Adolf Hitler fue como una verdadera fábula o leyenda digna de todo un Hans Christian Andersen: un muchacho huérfano desde muy joven que emerge de la soledad, la miseria y la mendicidad más absolutas, para acabar convirtiéndose en el profeta e inspirador de un Orden Nuevo Europeo… En un nuevo reencuentro que tuvo con el Führer en el año 1939, poco antes de estallar la II Guerra Mundial, concretamente en la casa de la Sra. Winifred Wagner (nuera del mítico compositor alemán Richard Wagner), August Kubizek le recordó la famosa representación de “Rienzi” (4) en Linz en 1906 y de la que tan transformado, casi alucinado, salió. Cuenta Kubizek que aquel día tras abandonar los dos el teatro, siendo ya medianoche, el joven Hitler caminaba por las oscuras calles serio, encerrado totalmente en sí mismo y completamente ausente. Era una sombría y desapacible noche de noviembre, entre una niebla espesa y helada, Adolf Hitler caminaba decididamente hacia la cumbre del monte Freinberg (5), más pálido que de costumbre y desconectado de todo lo que le circundaba; una vez en la cima junto con su amigo Kubizek y bajo un cielo estrellado, de forma excitada y en estado de total arrobamiento, el futuro Führer, con unos ojos resplandecientes y una voz ruda y ronca, como si un dios o héroe mitológico hablara a través de su persona, habló de forma visionaria de una “especial misión que algún día le sería confiada” como libertador de su pueblo. August Kubizek nunca olvidó dicha escena que le llamó profundamente la atención y le dejó fascinado para el resto de sus días. Cuando Kubizek recordó tal evento al ya Canciller y Führer del III Reich en 1939, éste le contestó:

EN AQUELLA HORA EMPEZÓ…

Desde la derrota de Europa de 1945 la figura de Adolf Hitler ha sido satanizada hasta límites insospechados y grotescos por los genocidas y criminales vencedores de aquella contienda mítica, lógico ello teniendo en cuenta que el actual Nuevo Orden Mundial plutocrático-sionista, siniestra parodia y caricatura demoníaca del Orden Nuevo Europeo con el que soñaron y por el que lucharon todos aquellos Movimientos y Regímenes verdaderamente alternativos, se asienta sobre las ruinas y los escombros de una Europa mancillada, encanallada y envilecida, pero que algún día resurgirá de sus cenizas como el Ave Fénix. UN ETERNO ¡PRESENTE! para todos aquellos que lucharon, combatieron, pensaron y dieron sus vidas por la Europa Sagrada de nuestros divinos Ancestros y Antepasados, la verdadera Europa que aún hoy se resiste a morir ante la ola de basura y de inmundicia que se avecina, la Europa que durante el Ciclo Heroico de 1919-45 fue posible y que algún día lo será. Como dijera Adolf Hitler en 1928 durante su lucha política por la conquista del poder: “Sé que no soy aquél que ha de venir, pero no hay tiempo que perder…” Efectivamente, no sólo mantenerse en pie en medio de este mundo en ruinas como dijera Julius Evola, sino también “NO PARAR HASTA CONQUISTAR” (Ramiro Ledesma Ramos).

Para finalizar recordemos las palabras de aquel Gran Genio del Siglo XX, aquel reformador de alto rango, como si fuera un verdadero mantra: ¡¡EN AQUELLA HORA EMPEZÓ!!

¡¡SALVE ET VICTORIA!! FUERZA HONOR Y TRADICIÓN

Joan Montcau

NOTAS:

(1) Etapa comprendida entre los años 1919 y 1945, es decir desde la fundación de los “Fasci italiani di combattimento” por Benito Mussolini (en 1920 surgirían los Movimientos Nacional-revolucionarios de Hitler y Codreanu, etc.), hasta la derrota de Europa en 1945.

(2) Franco Cardini es un historiador, escritor y ensayista italiano, especialista principalmente en la Edad Media; un tradicionalista que en su juventud militó en el Movimiento Social Italiano de Giorgio Almirante. La obra citada en cuestión es del año 1978, titulada “El Flautista Mágico (Mesianismo Hitleriano y mito-poética del Nacional-socialismo).

(3) Ernesto Giménez Caballero (Madrid, 2 de agosto de 1899-ibíd., 14 de mayo de 1988) fue un escritor, intelectual y diplomático español, destacado representante del vanguardismo, prosista de la generación del 27 e introductor del fascismo en España. Fue uno de los grandes doctrinarios del Fascismo en España, precursor de los Movimientos Nacional-sindicalista y Falangista. Siempre estuvo más cercano al Fascismo italiano que al Nacional-socialismo alemán pese a la fascinación que sintió también por la figura de Adolf Hitler.

(4) “Rienzi” es una ópera de Richard Wagner, compuesta en cinco actos, con un libreto escrito por el compositor tras leer la novela de Edward Bulwer-Lytton del mismo título. Escrita entre julio de 1838 y noviembre de 1840, fue estrenada en Dresde el 20 de octubre de 1842.

(5) La montaña es el Axis Mundi por excelencia, uno de los grandes y fundamentales símbolos de la Tradición Primordial y de la ciencia sagrada. Dicho símbolo de carácter solar y universal aparece en todas las tradiciones sagradas de Oriente y de Occidente. El Monte Meru, el monte Olimpo, el Gólgota, el monte Ararat, el Montsalvat de la tradición artúrica y griálica, etc.

Carta de Bukowski al bibliotecario que prohibió su libro por racista, sádico y misógeno.

Charles Bukowski

Una biblioteca en Holanda prohibió el libro Tales of Ordinary Madness, de Charles Bukowski. Todo lo que es necesario saber es que el librero tuvo la amabilidad de informarle a Bukowski esto a través de una carta, y que Charles le contestó con su estilo usual.

«Estimado Hans van den Broek:

Gracias por la carta donde me informa de la remoción de uno de mis libros de la biblioteca de Nijmegen. Y de que lo acusan de discriminación contra la gente negra, homosexuales y mujeres. Y de que es sádico a causa del sadismo.

Lo que temo discriminar es el humor y la verdad.

Si escribo mal sobre negros, homosexuales y mujeres es porque así eran los que conocí. Hay muchos “malos”: perros malos, mala censura; incluso existen “malos” hombres blancos. Sólo que cuando uno escribe sobre hombres blancos “malos”, no se quejan. ¿Y será necesario decir que existen “buenos” negros, “buenos” homosexuales y “buenas” mujeres?

En mi trabajo como escritor, sólo fotografío en palabras lo que veo. Si escribo sobre “sadismo” es porque existe, yo no lo inventé, y si algo terrible ocurre en mi trabajo es porque esas cosas pasan en nuestras vidas. No estoy del lado de la maldad, si es que abunda algo como el mal. En mi escritura no siempre estoy de acuerdo con lo que ocurre, ni me regodeo en el lodo por puro gusto. También es curioso que la gente que despotrica contra mi trabajo parece no ver las secciones donde trato de la alegría y el amor y la esperanza, y existen tales secciones. Mis días, mis años, mi vida han conocido altas y bajas, luces y sombras. Si escribiera sola y continuamente de la “luz” y nunca mencionara lo otro, entonces, en tanto artista, sería un mentiroso.

La censura es la herramienta de aquellos que tienen la necesidad de esconder realidades de sí mismos frente a los demás. Su miedo no es más que su incapacidad para hacer frente a lo que es real, y yo no puedo ventilar ninguna rabia contra ellos. Sólo me dan esta consternada tristeza. En alguna parte, mientras crecían, los escudaron contra los hechos totales de nuestra existencia. Les fue enseñado mirar de una sola forma aunque existieran muchas.

No me alarmo de que uno de mis libros haya sido cazado y expulsado de los estantes de una librería local. En cierto sentido, me honra haber escrito algo que despertara algo en sus imponderables profundidades.

Pero me hiere, es cierto, cuando el libro de alguien más es censurado, pues dicho libro, usualmente es un gran libro y hay muy pocos de esos, y a través de los tiempos ese tipo de libros a menudo se convirtieron en un clásico, y lo que alguna vez se pensó escandaloso e inmoral ahora son lecturas requeridas en muchas de nuestras universidades.

No digo que mi libro sea uno de ellos, pero digo que en nuestros días, en este momento donde cualquier momento podría ser el último para muchos de nosotros, jode sobremanera y es imposiblemente triste que aún tengamos entre nosotros a los pequeños amargados, a los cazadores de brujas y los voceros contra la realidad. Aún y todo, ellos también van aquí con nosotros, son parte del todo, y si no he escrito sobre ellos, debería, tal vez lo haya hecho aquí, y es suficiente.»

Que seamos mejores juntos, suyo:

Charles Bukowski.

Portada de Tales of Ordinary Madness

Ejemplos de integridad

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: William Joyce, Jacques Doriot, Ezra Pound, B.J. ‘John’ Vorster y J.F. ‘Hans’ van Rensburg

Cada vez que surge el tema de la IIGM y el alineamiento de los Blancos con el Bando Aliado o con Alemania, salen de entre los Nuestros defensores de Británicos, Americanos, Canadienses, Australianos, Europeos Occidentales, que les exoneran de toda responsabilidad cargando ésta, en exclusiva, sobre los Judíos. La tesis es que todos esos Blancos fueron engañados por los Judíos. Mi respuesta es: si es así, es que eran muy tontos. Es más pernicioso ser tonto que ser malvado.

Algunos de estos defensores de Blancos ‘engañados’ me citan a Patton o a James Stewart como arrepentidos. Pero, tal arrepentimiento no existió. Y, si existió, ya no valía para nada. El mal estaba hecho.

En la Lógica, cuentan los hechos. Y es un hecho que hubo mentes lúcidas, corazones valerosos y voluntades de hierro, que no se dejaron engañar por la propaganda anti-alemana, ni se doblegaron ante la presión política, policial o social. Paso a nombrar a algunos de ellos -ejemplos de integridad y dignidad-:

William Joyce -apodado despectivamente por Ingleses y Americanos como Lord Haw Haw-. Nacido estadounidense, fue llevado por su familia a Inglaterra en su infancia. Se unió a la Unión Fascista. Al inicio de la IIGM, se trasladó a Alemania, se nacionalizó alemán y dirigió un programa de radio en favor de Alemania. Murió ahorcado en una prisión británica.

Jacques Doriot. Ex-comunista, fundador del Partido Popular Francés, muerto en un ataque aéreo en Alemania, mientras acudía a una reunión para crear un Comité de Franceses Libres contra De Gaulle, ataque perpetrado específicamente contra él.

Doriot no es un caso único, ni tampoco su partido. Fueron miles de Franceses los que combatieron por Europa en las filas de la Werhmacht o en la Legión de Voluntarios. Los Voluntarios de la División Carlomagno defendieron Berlín hasta el final.

Ezra Pound. Poeta. Estadounidense. Viajó de EEUU a Italia en las vísperas de la IIGM. Hecho prisionero por las Tropas USA, fue declarado loco e internado en un manicomio durante doce años. Jamás renegó.

B.J. Vorster. Afrikaner. Con 23 años, se unió al Ossewabrandwag, fundado en 1938. Se trataba de una Organización Nacionalista Afrikaner, opuesta a la entrada de Sudáfrica en la IIGM alineada con los Aliados.

Vorster llegó a ser General de la rama paramilitar de la Organización, que efectuó innumerables acciones de sabotaje contra la participación de Sudáfrica en la Guerra. En 1942, fue internado en un Campo de prisioneros, en el que permaneció catorce meses.

J.F. van Rensburg. Afrikaner. Fundador del Ossewabrandwag y Jefe de la Organización hasta 1952.

Los hechos hablan: no hay excusas, ni inocentes. Quienes combatieron a favor de los Aliados o les apoyaron son responsables del estado actual de Occidente.

Pedro Plabo Peña Muñoz