Marruecos, no a la «Shoah»

El memorial antes de ser derruido

Un monumento dedicado al Holocausto construido por una asociación alemana en Marrakech, Marruecos, ha sido demolido por las autoridades que dicen que nunca dieron permiso para su construcción

Las autoridades marroquíes han procedido a la destrucción de un monumento de la Shoah construido sin su conocimiento en la localidad de Aït Faska, cerca de Marrakech, dijo un comunicado del Ministerio del Interior, transmitido por la prensa local.

»  La información transmitida por ciertos sitios electrónicos y en las redes sociales sobre el establecimiento de un Memorial del Holocausto por un ciudadano extranjero que incluye un museo y varias instalaciones, así como un monumento en forma de pinturas artísticas en la comuna de Ait Faska, son infundadas, dijeron las autoridades locales de la provincia de Al Haouz  » , dijo el comunicado, según el sitio web de información H24.

Hacia el final del día, el lunes 26 de agosto, los oficiales fueron al lugar y arrasaron dicho monumento con una excavadora.

La idea de un memorial de la Shoah en Marrakech

Según Time of Israel , el proyecto se lanzó en 2018 y estaba totalmente financiado por la asociación alemana PixelHELPER.

El proyecto tenía como objetivo «mostrar a los marroquíes, especialmente a los estudiantes y judíos en Israel el horror del Holocausto«, dijo a los medios Oliver Bienkowski, fundador de PixelHELPER, que vive en Marruecos desde 2014.

Fuente: https://www.egaliteetreconciliation.fr

¡Señor, ése que llora es mi abuelo!

¿Dónde están?

El viejo limpió con rabia 
las lágrimas traicioneras 
que le corrían por los surcos 
de setenta primaveras. 
Todo el sol y todo el viento 
de la baja Andalucía, 
convirtieron en sarmientos 
lo que fue adelfa bravía. 
La mirada del anciano 
se perdió en la lejanía, 
tembló un clavel en su mano, 
como le temblara un día, 
la voz que cantaba un Himno 
por tierras de morería: 

«Soy el Novio de la Muerte…
mi más leal Compañera». 

Galoparon por su frente 
un ondear de Banderas, 
un grito de hombres valientes, 
¡cañón, metralla, trinchera!
Todo el azul de la mar, 
todo el azul de los cielos, 
Tarifa, blanca de cal 
Ceuta, se pierde a lo lejos 
¡Guerrero de tierra firme 
convertido en Marinero!, 
porque la Patria lo pide 
¡Yo, Legionario, el primero! 
Sevilla, Teruel, Brunete. 
Sangre en las aguas del Ebro 
¿Qué se me importa la muerte? 
¡Viva España, Compañero!
Le llegó la voz de un niño 
que le sacó de su sueño. 

¿Qué te pasa, porque tiemblas 
porque estás llorando, abuelo? 

Porque soy viejo, hijo mío 
porque no tengo en el alma 
más que un recuerdo dormido, 
y en el corazón la rabia 
de ser vencedor vencido. 
Porque yo soy ya muy viejo 
y tú demasiado niño. 
Porque se me muere España 
mientras que yo sigo vivo 
porque murió el Capitán 
que gobernaba el Navío. 
Porque España, que fue un día 
madre de Conquistadores, 
ha parido una jauría 
de cobardes y traidores. 
Porque me tiemblan las manos 
y me duele el corazón 
de gritar sin voz: ¡Hermanos, 
por España La Legión! 

El niño miró al anciano 
y, lloroso y balbuciente, 
apretándole la mano 
dejó escapar entre dientes. 

¿Abuelo, porqué me engañas? 
Yo sé que tú nunca mientes 
y me has dicho que en España 
lo que sobran son valientes… 
¿Dónde están, dímelo, abuelo 
dónde están? 

¡Esperando a un Capitán 
que se lo llevó la muerte! 

Pero… si está muerto, abuelo 
¿de qué sirve un Capitán?

¡De ejemplo, nieto, de ejemplo 
para el que quiera luchar 
por una España que llora 
porque le roban la paz. 

El niño, sobre la piedra, 
depositó cinco rosas. 
Una lagrimilla inquieta 
nubló su mirada hermosa. 
Y, cuadrándose imponente 
pecho afuera y planta quieta, 
llevó su mano a la frente 
con disciplina perfecta. 
Su voz, sollozo y pasión, 
sonó como un clarinazo 
despertando a una Nación: 

¡Señor, ése que llora es mi abuelo! 
Ésa es la España que muere 
llorando su desconsuelo! 
¡Yo soy la España que nace 
con luto en el corazón! 
¡Yo juro ante Tu Presencia, 
con orgullo de español, 
que hoy se me entrega la herencia 
del Credo de La Legión! 

Viejo y niño se perdieron
por la campiña del Valle. 
Cinco rosas en la tumba,
silencio por el barranco. 
En la piedra sólo un nombre,
un nombre mágico ¡Franco!

¿Qué pasó con Rudolf Hess?

Rudolf Hess junto a la caseta de emergencia montada en el jardín de la prisión de Spandau para descanso del prisionero durante sus paseos por el mismo y, donde semanas después, fue estrangulado con un cable eléctrico.

Estos días se recuerda, incluso en las páginas de “El Correo de Madrid”, la muerte del último personaje de relevancia de la Segunda Guerra Mundial: Rudolf Hess, lugarteniente de Adolf Hitler. Oficialmente, Hess se suicidó pero esto no fue más que la declaración de las cuatro potencias que lo custodiaban.

Cosas como éstas, y parodiando al poco conocido anarquista español Juan García Oliver, son las que hacen falta falta para una verdadera “gimnasia de independencia mental” en estos tiempos que corren.

Esto es especialmente necesario en la España de hoy que, azotada como está por unas leyes de “memoria histórica”, cuyo fin es inventar la historia para controlar los valores y las opciones de las generaciones futuras, piensa que el fenómeno es exclusivamente español. En realidad hay más bien una “ley de memoria universal” que impide pensar, investigar e incluso opinar sobre la historia del mundo, y en especial sobre la historia occidental del siglo XX.

Algunas preguntas necesarias y concretas sobre el tema que hemos traído a colación son las siguientes: los archivos del caso Hess, supuestamente a disposición del público en 2017, ¿porqué se demoró su apertura? Otra más. ¿Era necesario mantener a un anciano de 93 años en una prisión de máxima seguridad custodiado por fuerzas militares de las principales potencias de la Tierra? Si estaba demenciado y llegó a comer en sus últimos años como los animales en el suelo, ¿qué había que temer? En definitiva, ¿hay algo más que no nos están contando?

Hoy día, para cualquier persona medianamente informada (no digamos ya para los historiadores), es imposible escribir sobre Hess sin un testimonio principal y otro secundario. El primero es el del enfermero tunecino Abdallah Melahoui, encargado de los cuidados personales de Hess durante sus últimos años y presente el día de la muerte de Hess; el segundo, en función del anterior, el texto escrito por el hijo de Hess, Wolf Rudiger Hess, que puede encontrarse en en internet en inglés. El libro de Melahoui fue publicado en español en 2014 por Ediciones Ojeda y lleva por título “Yo miré a sus asesinos a los ojos. La muerte de Rudolf Hess” (del mismo autor quedan entrevistas en youtube, incluso después de la purga realizada por los propietarios del célebre portal); el libro del hijo se titula “My father Rudolf Hess” y se publicó su primera edición en octubre de 1987. Es necesario decir que las acusaciones lanzadas por W.R. Hess se basaron esencialmente en el testimonio de Melahoui y en la convicción de su hijo de que su padre era incapaz de suicidarse.

Portada del libro de Abdallah Melaouhi, cuidador y enfermero de Rudolf Hess.
Todos los ejemplares de esta obra editados por Ediciones Ojeda, fueron secuestrados por la Fiscalía del Odio en 2016 y devueltos hace pocos días a Pedro Varela, por no encontrar en sus textos delito alguno.

El libro de Melahoui resulta apasionante y, por las limitaciones de un breve artículo, solo apuntaremos algunas de las ideas expuestas por este sencillo y valiente tunecino. Hess no estaba ni mucho menos demenciado ni deprimido, como dicen, y por ello, entre otras cosas, Melahoui explica que era imposible que se suicidara. Por otro lado un hombre como Hess, castigado duramente por la vejez, que apenas podía andar ni coger una taza de te sin problemas a causa de la artritis en las manos, era imposible que se ahorcara. El libro de W.R. Hess muestra fotos de la autopsia realizada por el doctor Spann, que evidencia claramente que las heridas en el cuello son claramente incompatibles con la muerte por ahorcadura, un clásico en los libros de medicina legal y forense.

Pero Melahoui dice más: aquél día de 17 de agosto de 1987, alertado por una llamada del guardián militar británico, se personó pese a numerosos obstáculos, junto a Hess para cumplir con su trabajo de enfermero. Llegó cuando Hess llevaba muerto en el suelo tan solo unos 30 minutos. Se encontró con el único centinela que Hess, en 46 años, pidió que fuera sustituido por ser descortés y claramente hostil. Además encontró a dos individuos de mirada fría, en uniforme militar americano pero que se veía que no estaban acostumbrados a llevarlo por no cumplir estrictamente el reglamento. Melahoui temió por su vida pero hábilmente consiguió zafarse y hacer como que no sabía que estaba sucediendo.

Que Hess había sido asesinado, explica Melahoui, era un secreto a voces en los días posteriores a los hechos, entre el personal encargado de su custodia. En su libro, el tunecino muestra lo ridículo de las numerosas versiones oficiales y demuestra que se sostienen más por la propaganda que por la fuerza de los hechos.

El hijo de Rudolf Hess, Wolf Rüdiger, junto al cadáver de su padre.

¿Qué había sucedido entonces? No será este artículo el que saque de dudas al lector, que tendrá que hacer su propia investigación independiente.

Solo añadiré que Hess estuvo siempre convencido de sus actos. Ante el mismísimo Tribunal Militar Internacional de Nürenberg declaró: “Si volviera estar al principio, actuaría tal y como lo hice. Incluso sabiendo que al final del camino encontraría una hoguera encendida de fuego para mi muerte. Poco me importa lo que me hagan los hombres; algún día estaré ante el Juez Eterno, ante Él me responsabilizaré y se que Él me declarará inocente”. Melahoui, que muestra en su libro la cara humana del personaje, no  apunta ni por un momento que Hess hubiera cambiado de opinión.

¿Qué pasó realmente entonces con Hess? Es evidente que “alguien” no quiere que algo se sepa. Los datos son tan abrumadores que no es posible escurrir el bulto apelando al manido tópico de la “conspiranoia”. De hecho, a todos los que investigan estas cosas les suceden “cosas” también. La editorial Ojeda, que publicó en español el libro de Melahoui, espera un proceso judicial por “incitar al odio” y otros anatemas metafísicos parecidos. Pero la realidad deja bien a las claras que lo que se persigue son ciertas opiniones, con la excusa de que a modo de futurible, podrían ocasionar delitos más convencionales. La argumentación no se sostiene, desde luego, máxime cuando otras opiniones de las que podría decirse las mismas cosas campan por sus respetos, incluso con la ayuda de fondos públicos. Véanse, si no, las ruedas de prensa de terroristas, los sindicatos “de clase” o el odio antiespañol en Cataluña ¿Por qué hay tanta libertad para ciertas cosas y tan poca para otras?

Haga el lector su propio recorrido porque todavía quedan resquicios para hacerlo. Pero ante todo no se crea nada, absolutamente nada, de lo que los medios y el poder repiten como cotorras.

EDUARDO ARROYO (18.08.2019)

Alison Chabloz, expulsada de Francia hasta el año 2059

Alison Chabloz

La cantante activista, autodenominada «revisionista del Holocausto», recibió la prohibición de ingresar a Francia hasta 2059, después de intentar subir a un tren a París.

Chabloz recibió una sentencia de prisión suspendida de 20 semanas en junio pasado por sus canciones antisemitas «extremadamente ofensivas», incluido material que se burlaba de las víctimas del Holocausto y afirmaba que los judíos controlaban el mundo. También se le prohibió publicar en las redes sociales durante 12 meses.

En una audiencia de apelación en febrero en el Tribunal de la Corona de Southwark, las condenas fueron confirmadas, y el juez describió a Chabloz como «un negadora del Holocausto … manifiestamente antisemita y obsesionada con lo que ella percibe como el delito de los judíos».

En una publicación en la controvertida red de medios sociales Gab, Chabloz escribió que ella había sido «interrogada primero por gendarmes y luego por la CTU [Unidad contra el terrorismo] bajo la Sección 7 en St Pancras».
Presumiblemente, Chabloz intentaba referirse al Anexo 7 de la Ley de Terrorismo de 2000, que otorga a los agentes de policía, inmigración y aduanas el derecho de detener, registrar y retener a personas en puertos, aeropuertos y estaciones de trenes internacionales, si se sospecha que los sujetos están involucrados en terrorismo o cualquier otra actividad criminal.

Hope Not Hate, el grupo de defensa antirracista, tuiteó la noticia a sus 89,000 seguidores en Twitter el lunes por la noche, diciendo que Chabloz «tuvo una sorpresa al intentar ingresar a Francia esta mañana

La negación del Holocausto es ilegal en Francia. En abril, el revisionista francés, Alain Soral, fue sentenciado a un año de prisión por un tribunal penal parisino por la negación del Holocausto.

https://www.thejc.com/news/uk-news/holocaust-denier-alison-chabloz-barred-from-entering-france-for-40-years-1.487393

SI NO «CANTAS» MALO Y SI CANTAS, PEOR.