Ha llegado el día de la ira!

Antes de desplomarse de su caballo, exhausto tras cruzar el gran río, el ermitaño apuntó hacia el sol naciente para avisar al centinela romano de la llegada de la horda huna.

Así concluyó Arthur Conan Doyle su relato sobre la irrupción de los hunos en la frontera oriental del Imperio a finales del siglo IV.

No debieron de ser cualquier cosa aquellos hunos, pues en el año 376 los visigodos, no precisamente una tertulia de ancianas asustadizas, ante la visión de aquellos frutos de la cópula entre las brujas de Escitia y los espíritus infernales, corrieron espantados a implorar a Valente, emperador de Constantinopla, su permiso para instalarse dentro de la seguridad de sus fronteras, al otro lado del Danubio.

Con el aliento huno en sus nucas, los atribulados godos prometieron ser obedientes, someterse al Imperio y hasta convertirse al cristianismo. Tras alguna deliberación, los senadores constantinopolitanos consideraron que algún beneficio podrían sacar de ello las arcas del Imperio, así que acordaron franquearles la frontera acuática y ordenar a las guarniciones que no solamente permitieran el paso de sus frágiles embarcaciones, sino que pusieran todos los medios necesarios para que consiguieran cruzar sanos y salvos las caudalosas aguas que les separaban del paraíso. Pero la avaricia y la concupiscencia son viejas compañeras de los hombres. Algunos romanos aprovecharon la penosa marcha de los godos para ofrecerles alimentos podridos a precios imposibles, lo que les obligó a malvender sus pertenencias para no morir de hambre. Tras perder muebles, monturas y siervos, tuvieron que prostituir a sus mujeres e hijos, e incluso venderlos, pues prefirieron verlos esclavos pero vivos que libres pero muertos.

El rencor hacia quienes se suponían sus protectores se acumuló hasta que llegó la ocasión de estallar. Y sólo dos años después de cruzar el río, los visigodos se enfrentaron al ejército imperial frente a los muros de Adrianópolis. Tan grandes fueron la impericia de los romanos y la furia de los godos, que hasta el emperador Valente desapareció en la masacre, descuartizado o abrasado. Aquélla fue la mayor catástrofe militar romana desde la batalla de Cannas, seiscientos años atrás.

Aunque sólo unos pocos agoreros lograban verlo, el deslizamiento de Roma hacia el precipicio se aceleraba cada día. Pero el mal era bastante más profundo que la derrota en una batalla, la inaplicación de las leyes por magistrados corruptos o la administración cada vez más fragmentada en dispendiosas provincias. Porque, despreciando las austeras virtudes de sus mayores, los opulentos romanos del siglo IV preferían dedicarse a los placeres de la mesa y el lecho. Siempre sedientos de novedades, les atraía más el ruido que el estudio y el cuidado del cuerpo que el de la mente. Acostumbrados a una larga y próspera paz, ya no les interesaba la disciplina de las legiones, la vida de los campamentos, el ejercicio con armas que pesaban el doble para que el día de la batalla los soldados romanos volaran… En aquellos días sus copas pesaban más que sus espadas; y muchos se cortaron los dedos de la mano hábil para librarse de la milicia.

Indiferentes a los asuntos públicos, los romanos dedicaron su tiempo a juegos y perfumes y trasladaron del senado al circo la sede de la república. Las mujeres evitaron la molestia de los hijos, limitadores de los placeres, con lo que Roma se despobló de romanos. La felicidad de los ciudadanos pasó a depender del resultado de las carreras de cuádrigas, y el teatro, vieja escuela de virtudes, cedió su sitio a farsas licenciosas, musiquillas afeminadas y espectáculos pomposos. Y los que se alejaron de ello, encerraron en los claustros su resignación.

Por eso prefirieron que de las cosas de la milicia se ocuparan los recién llegados. Para ponérselo fácil, se rebajó la estatura mínima y se relajaron la disciplina y los ejercicios, lo que condujo a que los soldados extranjeros se preocuparan menos de sus funciones que de su atavío. Carentes de apego por Roma y de respeto por sus leyes, inspiraban terror a los ciudadanos del Imperio mientras temblaban ante la presencia de los enemigos. Además, muchos de ellos no tardaron en demostrar que, por encima de juramentos y obligaciones, tenían fidelidades de sangre superiores a las legales. En no pocas ocasiones mantuvieron tratos con el enemigo, favorecieron sus movimientos o facilitaron su retirada. Y sus compatriotas cambiaron los arados por lanzas y se aprestaron a vengar pasadas injurias.

De este modo, exactamente cien años después de que los visigodos cruzaran el Danubio, sus nietos, junto con el diluvio de bárbaros que siguió cayendo incesante sobre un Imperio impotente e inconsciente, rebanaron los últimos gaznates romanos. Y en aquel 476 la historia pasó página para adentrarse en los diez largos siglos de Edad Media.

El historiador que más atención dedicó a aquellos trascendentales momentos de la historia de la Humanidad fue el inglés Edward Gibbon, cuyas palabras escritas hace algo más de dos siglos se pierden en el vacío de la Europa de hoy:

El más experto hombre de Estado de Europa nunca se ha visto obligado a considerar la oportunidad o el peligro de admitir o rechazar a una innumerable multitud de bárbaros que, movidos por el hambre y la desesperación, solicitan un lugar donde establecerse en los territorios de una nación civilizada (…) Esta horrible revolución puede aplicarse con utilidad para ilustrar la época presente. Es deber de un patriota preferir y promover el interés exclusivo y la gloria de su país natal, pero un filósofo puede permitirse tener puntos de vista más amplios y considerar a Europa como una gran república cuyos diversos habitantes han conseguido niveles similares de educación y cultura. El equilibrio de poder seguirá fluctuando y la prosperidad de nuestro reino o el vecino puede pasar por momentos de auge o decadencia; pero estos acontecimientos parciales no pueden dañar en esencia nuestro general estado de bienestar, el sistema de artes, leyes y costumbres que distinguen por encima del resto de la Humanidad a los europeos y sus colonias. Las naciones salvajes del globo constituyen el enemigo común de la sociedad civilizada y podríamos preguntarnos, con inquieta curiosidad, si Europa sigue amenazada por la repetición de las calamidades que oprimieron a los ejércitos e instituciones de Roma. Tal vez estas mismas reflexiones ilustren la caída de aquel poderoso imperio y expliquen las causas probables de la seguridad presente (…) Esta seguridad aparente no debería llevarnos a olvidar que pueden surgir nuevos enemigos y peligros desconocidos de algún pueblo oscuro, apenas visible en el mapa del mundo. También los árabes o sarracenos, que extendieron sus conquistas desde la India hasta España, languidecían en la pobreza y el desprecio hasta que Mahoma infundió en aquellos cuerpos el alma del entusiasmo.

Y hace menos de un siglo Ortega y Gasset abrió su Rebelión de las masas con el siguiente deseo de unidad europea:

Ha sido el realismo histórico quien me ha enseñado a ver que la unidad de Europa como sociedad no es un ideal, sino un hecho de muy vieja cotidianeidad. Ahora bien, una vez que se ha visto esto, la probabilidad de un Estado general europeo se impone necesariamente. La ocasión que lleve súbitamente a término el proceso puede ser cualquiera: por ejemplo, la coleta de un chino que asome por los Urales o bien una sacudida del gran magma islámico.

Parece una ley cósmica que, en los tiempos de grandes peligros, las élites dirigentes no suelan estar a la altura. Probablemente porque la existencia de grandes peligros es la consecuencia de un largo proceso de caída de las élites. Nuestros días son buena prueba de ello, tanto en España como en el conjunto de Europa: a cualquier espíritu despierto tiene que llamarle forzosamente la atención la desproporción entre la enormidad de nuestros problemas y la pequeñez de nuestros dirigentes.

¡A las armas, a las armas! ¡Ha llegado el día de la ira!

El romano, mirando hacia el horizonte a través del río, distinguió una sombra inmensa que avanzaba lentamente por la llanura.

Jesús Lainz

8 respuestas a “Ha llegado el día de la ira!

  1. M. Luisa 19 junio, 2020 / 10:33 pm

    Como reflexión está bien porque es un símil de lo que se nos viene encima. Pero estoy en desacuerdo con el hecho de considerarlo “civilización” a Europa y el resto, oscuros bárbaros. Es de un eurocentrismo completamente decimonónico y en discordancia con la realidad de una China que ya era un Imperio unificado cuando en España aún éramos un atajo de tribus semisalvajes (en la acepción que le da al términos el autor del artículo).
    Por otra parte, en Europa nunca nos han querido, no nos quieren y jamás nos querrán porque fuimos españoles, aunque ya no lo seamos.

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  2. arjuna57 20 junio, 2020 / 5:18 pm

    Me parece un buen artículo, bien trabajado e históricamente muy significativo.
    Sin embargo, las matizaciones que hace M. Luisa en los dos primeros párrafos de su comentarios me parece muy adecuadas. Su último párrafo no me parece justo, sin duda es válido para los que organizaron y ganaron la IIGM, pero no como generalización ni como futurible, la historia, la cultura, etc, cambia.
    En relación con los cambios y volviendo al artículo, actualmente somos cada vez más conscientes (los sabios siempre lo fueron) de que aún siendo nuestra ignorancia abrumadoramente superior a los conocimientos adquiridos por la humanidad, éstos últimos son tan abundantes que se hacen inmanejables a escala humana. Afortunadamente hemos alcanzado un estado de desarrollo tecnológico que hace posible el uso de la Inteligencia Artificial, en su sentido más extenso (incluyendo también aprendizaje máquina, asistentes inteligentes, manejo de grandes masas de datos, informática en general, etc, etc) Por ejemplo, hoy día la medicina ómica puede desarrollarse, como todo a velocidad exponencial, gracias, entre otros, a los programas bioinformáticos y las extensas bases de datos. Esto como ejemplo y extensible a todo lo que es manejo de información. Así que, dado que tal complejidad supera nuestra escala humana actual, el poder, la gestión, etc, por suerte, va a ir, rápida e incrementalmente, dependiendo de eso que he llamado Inteligencia Artificial y que acabará, espero, siendo el nuevo Caudillo o Fhürer como ya anticipara la IA de Microsoft dando la razón a Hitler. No me cabe duda que será para beneficio de la humanidad y la vida en la tierra, nada de historias e histerias de esclavitud y sometimiento “maquinil”.
    La cultura y la tecnología cambian los marcos históricos.
    Un saludo.

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    • Mª Luisa 21 junio, 2020 / 3:18 pm

      Arjuna, claro que todo cambia, pero los mitos persisten. Quiero decir que en general hay unos malos malísimos de la película que en resumidas cuentas son: los egipcios, los romanos, los españoles y los alemanes. Investigando el por qué la mitología «hollywoodiense» ha marcado estas pautas en la gran masa, nos encontramos con que los egipcios tuvieron cautivo al pueblo elegido, los romanos provocaron la diáspora del pueblo elegido, los españoles desterraron al pueblo elegido y los alemanes mataron a seis millones de individuos del pueblo elegido.
      Por otra parte, no comparto su ilusión mesiánica por la inteligencia artificial como salvadora de nada. Solo creo que la conquista de la Verdad nos hará libres y ninguna máquina que yo sepa va a hacerme libre, ni siquiera la máquina biológica de mi cerebro.

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      • arjuna57 26 junio, 2020 / 12:23 pm

        Estimada Mª Luisa:

        Me alegra que concordemos en que todo cambia aunque discrepamos radicalmente en que los mitos no lo hagan, si es que es eso lo que quieres decir. Creencias y mitos siempre han existido y existen pero, sin duda, han cambiado enormemente y cambian en la actualidad.

        Y, sí, desde luego que la historia ha sido «pintada» en buenos y malos. Yo incluiría a los Sirios y los Persas, especialmente a estos últimos y al importante Zoroastrismo y se que me dejo a todo oriente en el tintero. Me costó pero me enriqueció mucho leer a Mircea Eliade, ese erudito rumano en la historia de mitos, creencias y religiones. De acuerdo en que «hollibud» marca creencias.

        No se de cuanta información dispones de lo que denominas «ilusión mesiánica por la inteligencia artificial como salvadora». Desde luego coincido que la referencia a la Verdad y al Bien son una conquista vital para la humanidad pero … sin dogmas … quiero decir, sin olvidar aplicar la ulterior conquista del conocimiento científico y, a la insuficiencia de la mente frente a los antedichos referentes vitales, incorporar la Incertidumbre como si de una trinidad se tratase. Desde luego el pensamiento científico debe su nacimiento a los pensamientos previos, el mágico, el mítico y el religioso, por este orden, si seguimos a Laín Entralgo. Pero el pensamiento científico, sin ser omnipotente, es sin duda lo más potente que poseemos en nuestro intelecto de cara a resolver problemas que puedan ser pensados y no afecten a lo no material.

        Espero que no seas ajena a lo que ya supone la Inteligencia Artificial (IA, en adelante) en su sentido más amplio y extenso, es decir, incluyendo Aprendizaje máquina, Automatización, manejo, análisis e interpretación de inmensas masas de datos (Big Data), etc, etc. De hecho este medio que usamos para comunicarnos, muy superior a cualquier otro de hace unos 20 años o menos, debe mucho a la IA. Pero también todos los sistemas de transporte, por ejemplo o, de forma asombrosamente creciente (exponencial y rápida); la nueva medicina que surge (digamos, la medicina ómica y la antienvejecimiento) que da un vuelco total (los diagnósticos no van a tener nada que ver; las especialidades van a cambiar o desaparecer; la robótica potenciará enormemente la cirugía; etc, etc, etc) y muy benefactor a la medicina; en cuanto a la Industria, satisfacción de las necesidades (y deseos) de una humanidad creciente y la economía en general los efectos superarán en muy mucho a los que desenmascararon el error de Malthus. Y a no mucho tardar. Desde la perspectiva de nuestra actual y muy breve existencia vital puede costar de ver si uno no accede a la información adecuada (como comienzo, es muy interesante, y está en español, leer el ya antiguo libro de Ray Kurzweil, «La Singularidad está cerca»)

        Si la superación de las necesidades nutricionales se debió en su mayor parte al desarrollo tecnológico (por ejemplo, los frigoríficos), los desarrollos en marcha solucionarán problemas de mucho mayor calado. Yo no hablo de que alcancemos la omnipotencia en pocos lustros, si eso es lo que indica «ilusión mesiánica», hablo de capacidades reales que se están desarrollando en todos los campos del conocimiento aplicado, desde la solución de enfermedades genéticas a la capacidad productiva, a la eliminación de riesgos laborales, a la detención del envejecimiento y eliminación de las enfermedades crónicas que el envejecimiento causa, en unos diez años, etc, etc. Hay información abundante, tanto científica y compleja (como ejemplos sencillos: https://www.infosalus.com/salud-investigacion/noticia-mejoran-metodo-reprogramacion-celular-desarrollado-premio-nobel-shinya-yamanaka-20190614144432.html https://singularityhub.com/2019/02/27/the-worlds-most-valuable-ai-companies-and-what-theyre-working-on/?fbclid=IwAR3XzdGDQeJGQ959Q_kUirdOdIB3YMV3SkZY8Xtx3IbZ7DjwNSWnuTCu99g https://www.forbes.com/sites/robinseatonjefferson/2019/08/26/how-extraordinary-breakthroughs-in-anti-aging-research-will-happen-faster-than-people-think/?fbclid=IwAR1OaucTOPWc3ORF6lN10fIbgdyJFCOtF4sDtD4qSM5Vh6qJM0Mav2JzJM4#29a4bc2a33dd ) , como divulgativa (recomiendo ver las últimas charlas del divulgador José Luis Cordeiro https://www.facebook.com/AntonioSolaRecheOK/videos/4513718851978898/ , algunos vídeos o artículos de Aubrey De Grey https://www.tendencias21.net/Aubrey-de-Grey-en-5-anos-habra-medicamentos-para-el-envejecimiento_a44883.html ; https://www.youtube.com/watch?v=v77vN8DCbww&feature=em-lbcastemail ; o de las conferencias de Trans Visión del congreso que se celebró hace poco en España https://www.youtube.com/watch?v=VKDAiN_btg8 https://www.youtube.com/watch?v=mz34JpG3Vs0 y que se repetirá en unos meses https://2020.transvisionmadrid.com/ En cuanto, a las posibilidades que «ya están aquí» respecto a la IA: https://www.youtube.com/watch?v=cTQiN9dewIg https://www.youtube.com/watch?v=ULh2lXR-6O4 )

        En fin, si revisa la información indicada, podrá hacerse una clara idea de que la IA no es una «ilusión mesiánica» ya en la actualidad, que su capacidad crece asombrosa y muy rápidamente y que, mucho más que otros avances tecnológicos nos permitieron en el pasado, nos posibilita solucionar cada vez más problemas, más necesidades e, incluso, más «deseos». Depende del grado creciente de inversión y empresas en el campo y del número de investigadores. Si miramos la evolución del Índice tecnológico NASDAQ 100, nos damos cuenta como va la inversión en el tema de forma general (medicina, robótica, IA, etc, etc)

        Como curiosidad, ¿conoce lo que ya es capaz, mecánicamente, de hacer un robot?: https://www.youtube.com/watch?v=TShAWKm4doY Esto liberará a los humanos de los trabajos más rutinarios, degradantes y peligrosos. Ya es mucho pero es sólo un pequeño ejemplo.

        Un saludo.

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  3. Juan 23 junio, 2020 / 11:27 pm

    ES QUE…
    Si la nacionalidad no dependiese de la democracia, sino de la sangre, del “ius sanguinis”,
    Si política y socialmente solo se reconociese el matrimonio entre hombre y mujer,
    Si la mujer casada se dedicase al hogar,
    Si el Estado protegiera a la familia y a los hijos, promoviendo la natalidad,
    Si el Estado preservase la fuerza laboral por encima de los sindicatos de clase,
    Si el Estado aunase al mundo empresarial y al mundo laboral,
    Si prevaleciese el interés social por encima del personalismo, del individualismo,
    Si todos cumpliesen con su deber y reconociesen su único destino,
    Entonces habría pensiones sostenibles…y muchísimo más.

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  4. Mª Luisa 27 junio, 2020 / 7:42 pm

    Muchas gracias, Arjuna ¿pero de verdad cree usted que en los avances científicos está la salvación de la humanidad, con un planeta agonizante y la mayor parte de los seres humanos pasando todo tipo de necesidades?
    Agradezco sus enlaces, pero le digo que no tengo tiempo ni preparación en ciencias puras suficiente como para poder desmenuzar la información que tan amablemente me proporciona de un modo racional, de modo que tengo que atenerme a lo que veo a diario. Y el panorama con toda la inteligencia artificial que nos rodea, es inmensamente peor que el de los años 60, por poner un ejemplo.

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    • arjuna57 28 junio, 2020 / 9:37 pm

      Sin duda, Mª Luisa, el presente y futuro de la humanidad depende en gran medida del avance del conocimiento y de la tecnología.

      La mayoría de enlaces proporcionados son asequibles para usted, sin duda.

      ¿¡Inmensamente peor que en el pasado, en que datos se basa o es una «impresión» subjetiva?!

      Un saludo.

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  5. M. Luisa 27 junio, 2020 / 8:16 pm

    El problema fundamental, Arjuna, es que los avances de la ciencia no han ido de la mano de los avances como seres humanos. Ese es el motivo por el que una inteligencia artificial al servicio de seres egoístas, completamente materialistas y con un grado de desarrollo espiritual por debajo del australopiteco, es una maldición para la humanidad en general y para nuestra libertad individual en particular.
    Por otra parte, las bendiciones de ese desarrollo serían para unos pocos, quedando el resto, animales incluidos, en lo mas profundo de la caverna platónica.
    ¿No ve a los niños inmóviles ante sus tablets dignos de lástima? Apenas ríen, no socializan sino de forma virtual. Cambiaría éste teclado por una vida más natural, más sana, con todas sus taras y enfermedades, pero con más libertad. Sin que la inteligencia artificial monitorice hasta mi ritmo cardíaco.
    De veras que si los avances científicos estuvieran en buenas manos sería distinto. Pero los poderes fácticos los monopolizan y eso ataca nuestro bien más preciado: la libertad.

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